Estando de moda el término "paradigma", aplicado sin mayor discernimiento a distintas disciplinas, cuando se quiere aplicar a calidad de semilla de soja para la cosecha 2001, se entiende que el término mencionado debería ser cambiado por el de "paradoja". Y esto es así dado que desde hace varios años se viene haciendo hincapié en las ventajas de la utilización de determinados cultivares que presentan un destacado comportamiento a la hora de evaluar el rendimiento en grano y/o semilla.
En estos momentos en que se está comenzando a analizar la calidad de la semilla de la cosecha de soja en distintas regiones del sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires, vemos con nuestros propios ojos que algunos factores del ambiente de producción juegan un papel de primerísima importancia. De tal manera que al definirse el componente de calidad deseado promoviéndose la utilización de tal o cual variedad pareciera que no fueron contemplados estos aspectos ambientales en su incidencia potencial.
Es así que al depositar sobre la mano una pequeña porción de la semilla recién cosechada, al pie de la máquina cosechadora nos percatamos que si bien las apariencias pueden ser engañosas, a veces reflejan una triste realidad.
Hay de todo en las semillas
Nos encontramos con una mezcla de semillas, compuesta por: semillas amarillas de tamaño normal; completamente verdes de tamaño normal; semillas completamente verdes y alargadas; semillas con tinte verdoso debajo del tegumento; semillas masivamente arrugadas y/o abolladas en su superficie; semillas muy pequeñas para el cultivar; semillas manchadas de violeta; semillas con manchas de color negro y/o marrón alrededor del hilo, como así también la presencia de cuerpos de hongos de diferente coloración portados por las semillas, que nos conduce a pensar que, en cuanto a calidad final se refiere, no estamos muy favorecidos.
Lo mencionado precedentemente lleva inequívocamente a reclamar que la producción y liberación de nuevos cultivares al mercado debe ser considerada sobre la base de la respuesta del genotipo al ambiente y que solamente se puede hablar de sustentabilidad cuando ambos elementos están debidamente ponderados en la ecuación. Para entender los alcances de esta interacción es conveniente realizar una descripción detallada de cada uno de los síntomas visuales que predominan sobre la semilla de soja de la actual campaña. Estos son:
Semillas arrugadas: presentan un aspecto diferente al esférico y liso normal de la especie, por el contrario presentan formas alargadas, arrugadas, abolladuras y repliegues importantes en el tegumento que ocasionan depresiones y ondulaciones sobre los cotiledones. Estas mismas semillas pueden además mantener el color amarillo normal o por el contrario presentar distintas tonalidades de verde en parte o toda la superficie. Durante la limpieza y clasificación de este material se producen complicaciones originadas en la necesidad de elegir zarandas apropiadas a fin de asegurar una correcta selección y separación de las mismas del lote. En este sentido las semillas arrugadas y alargadas deberían ser separadas y eliminadas con zarandas de tajo con el suficiente diámetro de orificio a fin de seleccionar las semillas redondeadas en un intento de mejorar la calidad del lote. Demás está decir que en la clasificación de este material se produce un importante descarte como consecuencia de la gran cantidad de semillas arrugadas presentes.
Desde el punto de vista de su utilización como simiente tienen importantes limitantes. Estas semillas poseen grandes partes de sus tejidos dañados y por lo tanto los aspectos de calidad: viabilidad, germinación y vigor pueden verse seriamente afectados, conduciendo a la producción de semillas no viables o plántulas con diferentes tipos de anormalidades.
Desde el punto de vista de su utilización como grano, si bien hasta el momento puede no ser castigado en el análisis comercial, se debe tener en cuenta que muchas de estas semillas presentan en el interior de los cotiledones diferentes tonalidades de color verde que pueden desmerecer el producto industrial de ellas obtenido. Al mismo tiempo estas semillas pueden presentar una disposición diferente a la hidratación, ya sea con agua o vapor de agua, con lo que algunos procesos industriales de laminación y extracción también pueden verse afectados.
¿Cuándo se producen este tipo de semillas? Este fenómeno de abollado de la semilla se origina durante el proceso de llenado del grano en la chaucha como consecuencia de las condiciones climáticas imperantes: severo estrés hídrico en el suelo y altas temperaturas ambientales superiores a 30ºC. Cuando se dan estas dos condiciones simultáneamente se interrumpe el ritmo de llenado del grano, de manera tal que no puede recomponerse aún cuando las condiciones ambientales cambien y se vuelvan favorables. Aquellos cultivares que poseen un período de llenado corto serán siempre los más afectados por este fenómeno climático, cuando el mismo acontece en forma simultánea con el llenado del grano. En numerosos casos, estos mismos cultivares cuyo período de llenado no fue coincidente con las condiciones ambientales estresantes mencionadas, han producido semillas y /o grano sin manifestación de la sintomatología descripta.
Semillas totalmente verdes: estas presentan una coloración verdosa completa tanto en el tegumento como en los cotiledones, que se debe a la presencia de pigmentos clorofílicos y denotan que los tejidos no han completado su madurez fisiológica. Estas semillas poseen generalmente una forma alargada y pueden presentar arrugas y repliegues. Al mismo tiempo poseen un mayor contenido de humedad que el resto de las semillas del lote por lo que se convierten en un factor adverso para la conservación del resto de la masa de semillas, al ceder su humedad al microambiente intergranario. Esto promueve la producción de focos de temperatura en la masa del grano/semilla a la vez que crea el ambiente propicio para la proliferación de hongos del almacenamiento y otros que si bien no pueden prosperar en un ambiente normal sí lo hacen en condiciones de un microambiente húmedo.
Estas semillas verdes poseen cotiledones de una consistencia elástica que dificulta su utilización en procesos industriales, como el laminado previo a la extracción de aceites que puede no llegar a completarse adecuadamente como consecuencia de esta elasticidad atípica. Otro inconveniente de este tipo de semillas/grano, en su uso industrial, es la transmisión de una coloración verde al aceite obtenido, que si bien podría ser eliminado durante el proceso de clarificación, implica un gasto adicional en el proceso industrial. Estas semillas, además de las características anteriormente mencionadas por lo general no germinan ya que no han completado su maduración, ocasionando problemas en la implantación del cultivo.
Semillas con tinte verdoso: estas semillas presentan el tegumento de color amarillo normal pero a través del mismo se puede ver una tonalidad verdosa difusa que corresponde a la presencia de un color verdoso desuniforme en los cotiledones. Con respecto a su uso industrial presentan similares inconvenientes expresados para las semillas totalmente verde. Desde el punto de vista de su uso como simiente podemos decir que si el embrión de la semilla alcanzó su madurez fisiológica tiene posibilidades de germinar y producir una plántula normal, aún cuando los cotiledones estén inmaduros y como consecuencia queden total o parcialmente blancos. Estas semillas cuando presentan forma y tamaño semejante a las semillas maduras no pueden separarse del resto por una clasificación tradicional y desmejoran el aspecto general del lote.
Semillas chicas: son semillas que presentan un tamaño muy inferior al normal del cultivar. Si bien no difieren de las semillas grandes en su capacidad para producir una plántula normal y en las cualidades de viabilidad y vigor, tienen menor cantidad de reservas por lo que se hallan en desventajas en el caso de siembras profundas. Estas semillas pueden tener dificultad para embeber agua, aún estando sumergidas en ella, esto puede traer serios inconvenientes en la implantación del cultivo al provocar una importante desuniformidad en la emergencia de las plántulas en el campo. Poseen además un importante grado de dureza lo que constituye una ventaja ya que durante los procesos de trilla y clasificación soportan mejor el manipuleo y sufren menores daños mecánicos que las semillas grandes. Desde el punto de vista industrial esta dureza puede acarrear inconvenientes en el proceso de extracción de aceite por la resistencia a la hidratación.
Semillas con coloraciones violáceas: semillas que presentan en su tegumento manchas violáceas de distintos tamaños e intensidad de color que pueden tomar toda la superficie de la misma y son indicativas de infección del hongo Cercospora kikuchii. Desde el punto de vista comercial esta coloración desmejora la presentación del lote. Considerando su uso como simiente este hongo se considera de importancia secundaria, debido a que su viabilidad disminuye durante el almacenamiento de la semilla. Esta enfermedad, que se denomina Mancha púrpura, haciendo alusión a la coloración que provoca en las semillas, no reduce directamente los rendimientos del cultivo pero puede reducir el poder germinativo, además cuando se llega a un 100% de superficie afectada tiende a disminuir el contenido de aceite y aumentar el de proteínas.
Semillas con coloraciones marrones o negras: estas manchas sobre el tegumento pueden limitarse a la región del hilo o cubrir toda la superficie de la semilla, pueden ser de color marrón o negro y se deben a virosis que se denomina en general Virus del mosaico. Su sola presencia desmejora el aspecto del lote, y constituye una importante fuente de diseminación de inóculo del virus que favorece la propagación de la enfermedad al cultivo siguiente.
Semillas portadoras de fusarium y phomopsis: estas semillas poseen presencia visible de micelio de estos hongos en parte y toda su superficie externa. Se estima también una infección en capas más profundas de tejidos de tegumentos y cotiledones. De mantenerse activos luego del período de almacenamiento, estos patógenos serán grandes responsables de la muerte de plántulas durante la germinación y emergencia.
El ambiente también juega
Esta sintomatología descripta, y en especial aquella que hace referencia a la relación genotipo ambiente y con manifestaciones físicas sobre las semillas, debe ser considerada como un elemento indicador del camino que deben seguir las futuras líneas de investigación relacionadas con la liberación de nuevos cultivares. Es lógico pensar que esta situación puede llegar a repetirse en el futuro debido a las variaciones climáticas imprevistas que afectan la zona sojera de la Argentina, que es coincidente en la producción tanto de grano como de simiente. La sustentabilidad entendida de manera unilateral y basada sólo en el logro de altos rendimientos, sin mayores previsiones y/o conocimientos de otros aspectos que pueden llegar a modificar la expresión genotipo-ambiente, no sólo deja de tener sentido sino que sufre un perjuicio en sí misma al no poder mantenerse en el tiempo.
(*) Inta Oliveros