Mauro Rosales no sólo se comió un gol imposible en el área chica sin arquero, sino que no pudo desembarazarse de la pegajosa marca del lateral izquierdo rafaelino. "Qué partido malo", se quejaba tras los 45 minutos de fútbol el juvenil delantero, a quien se lo notaba muy cansado y necesitado de relax después del esfuerzo del Mundial Sub 20. Otro de los que se los notó muy fastidioso fue Manso, quien hizo terminar el segundo partido luego de quedarse tendido en el área rival como si hubiera recibido un gran golpe, algo que en realidad no pasó.
| |