El presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso teme que las actuales turbulencias económicas que sufre Argentina generen un riesgo institucional en el país vecino, según afirmó en una entrevista publicada ayer por el diario Valor."En Brasil no hay riesgo institucional en este momento. En Argentina puede haber ese riesgo. Lo hubo en Perú, que no está resuelto, y lo hubo en Venezuela, que tampoco está resuelto. Chile, bien o mal, tuvo un problema diferente, pero las instituciones permanecieron fuertes", afirmó el mandatario.
En la entrevista, Cardoso aseguró que al problema financiero argentino hay que sumar un choque de fuerzas políticas que paraliza el proceso de toma de decisiones. El gobernante brasileño, sin embargo, opinó que los mecanismos tradicionales de socorro -Fondo Monetario Internacional (FMI)-pueden actuar en favor de Argentina. En caso de que ocurra lo peor, según el mandatario, "todo el mundo se movilizará para salvar a Argentina".
El presidente brasileño considera que la crisis económica argentina afectará a las exportaciones del país, así como se ha perjudicado la llamada "tasa de riesgo" de Brasil ante el mercado financiero internacional. "Es casi imposible disminuir los efectos de la crisis argentina, incluso porque se trata de un riesgo imaginario, no real (...). El problema son las expectativas, esa mutua dependencia que existe en el mundo de hoy", argumentó.
Cardoso aseguró que, pese a la decisión brasileña de suspender las negociaciones comerciales con Argentina hasta que ese país revoque una norma que supuestamente afecta el Mercosur, Brasil está dispuesto a ayudar al país vecino a resolver sus problemas.
Admitió que, ante la actual coyuntura, no descarta la posibilidad de prorrogar el acuerdo que su gobierno firmó con el FMI en 1998 y que vence en diciembre próximo.
Tras reiteradas declaraciones del ministro de Hacienda, Pedro Malan, de que Brasil no renovará el acuerdo con el FMI, Cardoso admitió tal posibilidad. "No tengo prejuicios con el FMI. Si es necesario (prorrogar el acuerdo), se hace. A nadie le gusta mucho, pero se acude al FMI cuando es necesario", afirmó.
Cardoso aclaró, no obstante, que "ni el FMI ni nosotros creemos que sea necesario (la renovación), pero si lo es no habrá problemas".
Mediante el acuerdo, Brasil se comprometió a cumplir un plan de ajuste fiscal entre 1999 y 2001 a cambio de un crédito por 41.500 millones de dólares.
Los problemas del real
La consultora Merril Lynch, advirtió que el real podría registrar una tendencia declinante "a corto plazo, luego del cambio en la estrategia de intervención del Banco Central y el deterioro en el panorama de Argentina". Considera que el Banco Central de Brasil perdió credibilidad en semanas recientes. "Es probable que tenga que cambiar su política de flexibilización monetaria y no logró convencer al mercado de que las presiones sobre la tasa de cambio es más una burbuja que una consecuencia de factores fundamentales".
La Ciudad
