Javier Parenti
Tranquilo y con mucha bronca. Confiado y esperando que la recuperación sea rápida y le permita volver enseguida a tener una chance importante en la primera de Newell's. Así vive las horas posteriores a la operación de ligamentos del tobillo izquierdo el volante creativo Guillermo Marino. El cordobés de Los Surgentes fue intervenido quirúrgicamente ayer a las 8.45 por el doctor Ignacio Astore, en el sanatorio Americano, en una operación que duró una hora y cuarto. Y a la tarde, en la habitación 207, Marino recibió a Ovacion y dialogó de muy buen ánimo pese a que al empezar a irse el efecto de la anestesia aparecían algunas molestias en el pie izquierdo, que se alzaba como queriendo espiar por la ventana de la habitación. "Esto llegó en el peor momento, justo cuando me estaban saliendo bien las cosas, y por eso duele mucho más", reconoció Guillermo en medio de la charla. Y la razón se manifiesta claramente con sólo revisar las primeras formaciones que tiró Juan Manuel Llop. "Sí, jugué varias veces para el equipo titular. Lo hice por el sector derecho y me tenía mucha confianza. Pero ahora llegó este bajón...", confió el juvenil volante de creación, quien en las próximas horas debería firmar el primer contrato, tal como estaba pautado con la dirigencia rojinegra para esta semana. El sector derecho no es la posición en la que Marino acostumbra jugar, pero "me sentía cómodo jugando como pedía el técnico, porque no tenía que tapar tanto la salida del volante por izquierda sino que me tenía que juntar más con Saldaña como enganche". Pero llegó esa jugada desafortunada del sábado, en la que "fui a trabar con el Chavo Ruiz y me quedé con la pelota. Ahí salí para llevarla con la derecha y apoyé mal el pie izquierdo. No hice bien el equilibrio y se me fue todo el peso del cuerpo sobre el tobillo derecho y cuando caí, me di cuenta de que era algo grave". "Sentí lo mismo que había sentido cuando tuve la misma lesión en el otro tobillo, como si algo se hubiera roto. Enseguida Astore me sacó la venda, vi que tenía el tobillo muy hinchado y me di cuenta de la gravedad de la lesión", recordó Guillermo. "Aquella vez la recuperación fue lenta porque estaba en inferiores, en cambio ahora será más rápida y Nacho (Astore) me dijo que voy a estar 15 días con muletas y después con un taquito para empezar los ejercicios de gimnasio. Y en unos dos meses podría volver a jugar", dijo Marino. Y estos primeros quince días los pasará en su pueblo cordobés de Los Surgentes, "porque no puedo hacer nada. Ahí estaré acompañado por mi familia, como estoy ahora, y esperando que pasen rápido los días para volver a Rosario para hacer los trabajos de pesas y tren superior". Así se lo vio ayer al juvenil, con esperanzas de una pronta recuperación, con el apoyo de su familia, de sus compañeros y del cuerpo técnico que encabeza Llop, quien lo visitó en el mediodía de ayer para interiorizarse de su estado y demostrar que es un jugador que le interesa de cara a la conformación de su Newell's. No abundan los jugadores con la técnica de Marino y el entrenador lo sabe, por eso seguramente cuando se recupere volverá a tener una nueva chance.
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