En medio de un clima recalentado políticamente y con el riego país por encima de los mil puntos, Roberto Alemann ofreció una conferencia en la Bolsa de Comercio de Rosario en la cual planteó que el nudo de los problemas de la Argentina es el déficit fiscal. El economista indicó que "la percepción internacional es que el endeudamiento generado por los sucesivos déficits es tan grande que no vamos a poder pagar, y por eso no nos quieren prestar más". La solución: "Hay que bajar el gasto, pero fundamentalmente se precisa aumentar la recaudación ingresando lo que se evade".
Argentina sufre del mal de la volatilidad. El razonamiento de Alemann es que esto se debe a "los fenomenales déficits en las cuentas públicas" que engordan anualmente la deuda.
Hasta el momento la deuda se pagó con más deuda, pero este comportamiento parece haber llegado a su límite. "La percepción internacional es la deuda es tan grande que no vamos a poder pagar, y por eso no nos quieren prestar más. Es tal el grado de endeudamiento que no consideran prudente prestarnos", afirmó. Agregó que "desde hace nueve meses en el mundo no nos prestan más y la causa es el déficit fiscal".
El ex ministro de Economía explicó que el déficit pactado para este año es de 6.500 millones y ya se gastaron 5.000, se emitieron bonos por otros mil millones, más 2.000 de las provincias. Puesto a hacer cuentas, Alemann indicó que para este año se sumarán 10 mil millones de déficit, lo cual a una tasa promedio del 10% generará mil millones más de deuda para el año que viene. Este año hubo que pagar 1.300 millones más de deuda por el incremento del déficit del año pasado. "¿Cuánto hay que recaudar para pagar esos intereses?", se preguntó.
El efecto de bajar el déficit se traduciría en una baja del riesgo país y consiguientemente de las tasas de interés. Alemann puso el ejemplo de los países de la Unión Europea: "El tratado de Maastricht estableció que la regla para entrar al euro era que el déficit fiscal no podía superar el 3% del PBI, aún antes de que los países lo consiguieran, las tasas bajaron a la mitad porque los mercados lo descontaron por anticipado".
"¿Por qué Repsol compró YPF y no YPF a Repsol? -se preguntó-. Porque los españoles tenían crédito más barato. Si la tasa es alta el precio de los activos cae y el riesgo país sube, porque en definitiva mide el precio de un activo como son los bonos", señaló. Esa es la razón por la cual "los extranjeros vienen y compran activos baratos, mientras que los argentinos no pueden comprar porque nos sale muy caro, y está esquizofrenia no es sostenible", dijo. "Con la baja de tasas se despertarían los cientos de proyectos de inversión, que están, pero esperan", afirmó.
Además, Alemann describió la actuación del sector financiero. "A los bancos les conviene prestarle al Estado ya que no se paga el 35% de impuesto a las ganancias y se presume que el acreedor es solvente. A un privado, en cambio, le cuesta un 20% más y a ese costo ningún proyecto de inversión es viable", resumió. El resultado fue que "los préstamos al sector privado cayeron en 4.000 millones en el último año".
Las consecuencias sociales derivan de este razonamiento: "El déficit aumenta la percepción de insolvencia, esto aumenta el riesgo país, los bancos no prestan y aumenta el desempleo. Todo empleo que se genera requiere un costo de capital y a este precio nadie lo hace".
Para colmo, el Estado no tiene plata para pagar sus obligaciones corrientes: "Primero paga los bonos, después los sueldos y las jubilaciones, y al resto pagadios", señaló Alemann. Ahora, "estamos en una virtual cesación de pagos de todo el mundo".
Guerra a los evasores
La solución es de Perogrullo: bajar gastos y aumentar ingresos, pero ¿cómo lograrlo? Respecto al gasto, Alemann consideró que "debe haber menos personal, sobre todo en los municipios", agregó que "el gasto se baja trabajando, se puede hacer y sin grandes anuncios".
Pero, para el economista "el grueso de la solución al problema del déficit viene de la recaudación, ingresando lo que se evade de los que no pagan, eso es lo que se hizo en Europa, sin escraches y sin ruido". Describió que en el país hay 30 mil millones por año de evasión en impuestos, 20 mil en la jubilación, y 60 mil en las provincias y municipios. En aportes a la seguridad social, de los 12 millones de activos, 7 millones no aportan; en las AFJP hay ocho millones de afiliados, pero aportan sólo cuatro. "No pagar en la Argentina es impune y nadie se ocupa", se quejó.
Y en ese punto atacó de lleno a los organismos recaudatorios: "Son pasivos, ser limitan a hacer reglamentaciones y vejar a los que van a pagar, pero ir a buscar a los que no pagan, eso no lo hace". Enfatizó que "si no lo saben hacer, que contraten a alguien que sepa, pero la Afip debe cambiar su estructura". Y advirtió: "Mientras eso no pase, seguiremos así".