Año CXXXIV
 Nº 49.170
Rosario,
sábado  07 de
julio de 2001
Min 6º
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Panorama
¿Todavía es posible salir adelante?
La campaña de trigo es una muestra del afanoso intento del sector por avanzar en un contexto adverso

Susana Merlo

Como una camioneta empantanada, el campo se empeña afanosamente en empujar hacia adelante para abstraerse y salir del esquema de conmoción creciente que se vive día a día en el país y que no parece que vaya a tener fin en el corto plazo.
Tal vez, más que ningún otro sector del país, el agro vuelve a apostar hacia adelante. Algunos dicen que porque no le queda más remedio y que la única forma de intentar salir del pozo es, justamente, "doblar la apuesta".
Esto justificaría las previsiones sobre un incremento en la siembra de la campaña 2001/2, especialmente de trigo, a pesar del aumento del gasoil, la suba en los precios de los insumos (nacionales e importados) a partir de las modificaciones en el tipo de cambio, o los incrementos en los costos de distintas transacciones desde los cambios operados en el impuesto al cheque.
Pero no todas las medidas fueron negativas. Sin embargo, y al igual que en el país en general, el gobierno casi no pudo hasta ahora capitalizarlas. naturalmente, tampoco la Secretaría de Agricultura lo logró.
El campo trata de seguir con lo suyo: produciendo e intentando muchas veces salvar años de trabajo e inversión, aunque en algunos casos se estén enterrando más, pero pocos logran entender algo de lo que pasa.
¿Cómo es posible que se siga perdiendo tanto tiempo con temas comparativamente superficiales (desde la tinellización hasta el conflicto con la sociedad rural por la muestra de Palermo), cuando hay tantos problemas de fondo para tratar de solucionar?
Como tantas otras veces, seguramente también esta será una respuesta que no va a llegar.
Aún así, y porque no queda otra, o por convicción, el campo repetirá buena parte del esquema productivo. ¿Cómo?
Esa justamente es la pregunta del millón, pues lo cierto es que la mayoría tiene fuertes restricciones económicas y financieras, acentuadas por problemas climáticos (que impidieron sacar parte de la cosecha), o sanitarios (que impusieron la inmovilización de hacienda), entre otros.
Así, con campos vacíos por estas causas, una de las pocas alternativas que se menciona es la del trigo: un cultivo relativamente barato que presenta un precio a cosecha más o menos interesante: algo más de 100 dólares la tonelada a enero. con esas perspectivas, también es probable que algunos proveedores, también jaqueados por el arrastre de deuda, vuelvan a apostar con más crédito a los agricultores como una de las pocas formas de cobrar algo de lo atrasado. Siempre se creyó en el campo (a veces con razón) que "con una cosecha se salva todo".

Los que definen
Sin embargo, esta situación muy generalizada, involucra a cantidad de pequeños productores que, en el caso agrícola, no siempre so los que definen una campaña. De hecho, históricamente un porcentaje chico de grandes productores fueron los que justificaron los principales incrementos productivos y esa tendencia a la concentración se acentuó nuevamente en los últimos años,
Y si la situación de los pequeños es grave y hasta conflictiva en lo social, a nivel país es justamente con los grandes donde radica el mayor riesgo ya que, no sólo los montos comprometidos son mucho mayores, sino que además, cualquier variación e las intenciones de producción puede golpear más fuerte en los ingresos del país.


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