| | cartas Aniversario de la muerte de Perón
| Se cumplieron 27 años de aquel fatídico 1º de julio de 1974 que los peronistas y los argentinos de aquel momento deseábamos no llegara. No sólo por el sentimiento que el entonces presidente de la Nación despertaba en todos nosotros, sino por lo que significaba su presencia en ese momento histórico para la resolución de los graves conflictos sociales por los que atravesaba nuestro país. Pero el 1º de julio de 1974 llegó, y Perón nos dejó. Lo despidió todo un pueblo acongojado y atribulado, y su mayor adversario político el doctor Ricardo Balbín le rindió el más emotivo de los homenajes. Tal vez sea necesario que transcurran algunos años más para que Perón encuentre su lugar definitivo en la historia de los argentinos, pero sin duda hay hechos cuya valoración positiva ya no ofrecen dudas. Entre ellos debemos rescatar el de su regreso, luego de un largo exilio y con su salud quebrantada para ponerse al frente del país y de su partido intentando conducir aquellas poderosas fuerzas que se fueron generando durante esos 18 años y que, en algunos casos, habían hecho de la violencia la manera de resolver los conflictos. Por eso aquel gesto de Perón, cargado de compromiso, entrega y desprendimiento, ofreciéndolo todo, hasta su vida, tratando de evitar lo que luego lamentablemente vivimos, hoy cobra una dimensión especial y debería ser tomado como ejemplo de que la política es una herramienta para servir al bien común y no un botín para servirse de ella. Américo Tanno
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