Personal de la Agrupación de Unidades Especiales realizó en la mañana de ayer una serie de allanamientos en el marco de la investigación del asesinato de Rebeca Svaiger, la mujer de 73 años que el pasado 2 de junio fue hallada asesinada en su departamento del microcentro rosarino. Según trascendió, al menos tres personas -entre ellas un suboficial de policía- fueron detenidas al cabo de los operativos.
Un vocero policial anticipó antenoche a este diario que la jueza Susana de Pigliacampo -a cargo de la causa- había dado orden de allanamiento para siete domicilios. En la mañana de ayer circuló una versión según la cual esos operativos policiales dieron como resultado la detención de tres personas, entre ellas un suboficial de policía.
En busca de más sospechosos
Más tarde, un miembro de la plana mayor de la Unidad Regional II confirmó a este diario las detenciones mencionadas y aseguró que había otra persona demorada en relación al crimen, pero se excusó de dar información invocando una disposición de la jueza Pigliacampo, quien "pidió absoluto silencio respecto a las actuaciones", según indicó.
El alto vocero policial explicó el hermetismo en torno a los pasos de la investigación por el hecho de que "las actuaciones no están cerradas y la difusión de detalles puede ser perjudicial para el esclarecimiento del crimen". Anoche se especulaba con la detención de otros sospechosos por el caso.
Los allanamientos de ayer suponían un paso decisivo en la investigación del crimen de Svaiger, por el que hasta ayer no había ninguna persona detenida. Tampoco se contaba con pistas respecto al móvil del sangriento asesinato.
De acuerdo a la autopsia, Svaiger murió como consecuencia de gravísimas lesiones en la cabeza provocadas por golpes de puño.
La víctima, que vivía en un departamento del tercer piso de un edificio de Entre Ríos 458, fue hallada sin vida acostada sobre la cama, con las manos atadas en la cabeza y con una mordaza sobre la boca. Su rostro presentaba hematomas que delataban que había sufrido una golpiza brutal. Svaiger sufría del mal de Payet, una grave enfermedad que la había dejado postrada.
Además la mujer era sorda y no podía escuchar el timbre de la puerta. Este dato y el hecho de que estaba acostada en su dormitorio vestida con ropa de cama hacen suponer que los asesinos tomaron por sorpresa a la víctima.
Cuando la policía llegó al lugar se encontró con un gran desorden y todos los muebles de la recámara revueltos. Acerca de las causas que ocasionaron la muerte de la mujer, la autopsia reveló que presentaba gravísimas lesiones internas en la cabeza provocadas por una secuencia de golpes de puño.
En su momento, la hipótesis más firme que manejaron los investigadores acerca de los motivos del crimen fue la del robo, ya que comprobaron la desaparición de una suma importante de dinero y de varias joyas que provenían de una herencia familiar.