Ciudad de México. - El 2 de julio próximo, el presidente de México, Vicente Fox, cumplirá un año de electo en medio de una grave encrucijada por el estancamiento económico que vive el país y por no haber concretado aún las promesas que le permitieron sacar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) del poder.
"Necesito que siga la luna de miel, ¡No me divorcien!", dijo la semana pasada a la prensa ante la pregunta de si había terminado su luna de miel con el pueblo mexicano, algo que según algunos medios comenzó a suceder.
En junio, tres encuestas informaron que la popularidad del presidente había bajado. El diario Milenio, que en marzo pasado le dio un 71% de popularidad, en junio ubicó ese indicador en 63%. El Universal, en una escala del uno al 10, informó en marzo que la aceptación era de 7,1 puntos y en junio de 6,5. La tercera encuesta, realizada por el Banco Nacional de México (Banamex), reveló que en la escala de 10 puntos la calificación del presidente era de 7,1 en junio contra 7,8 en marzo pasado.
El hombre que el 2 de julio de 2000, día de su 58 cumpleaños, desalojó del poder al Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido que por 71 años estuvo en el poder, ha pasado un mes de junio de 2001 diferente al de esperanza que vivió el año pasado.
En el poder desde el 1º de diciembre de 2000, en los días previos a su cumpleaños 59 años Fox enfrentó su primer gran escándalo, una caída de la actividad económica y la resolución unánime del Congreso de presentar ante la Suprema Corte de Justicia una controversia. Los legisladores lo acusan de haber tomado resoluciones que sólo competen al Congreso, como la modificación de leyes.
Además, los opositores lo acusan de comportarse aún como candidato, argumentando que sigue haciendo promesas como en la campaña, y le reclaman acciones de gobierno que resuelvan los problemas del país.
La economía frena
Sus detractores le recuerdan que ofreció crear más de 700.000 empleos en 2001, pero que sólo habrá 500.000 nuevos puestos de trabajo debido a la desaceleración económica que también obligó al gobierno a modificar a la baja sus expectativas de crecimiento.
También señalan que aunque afirmó que habría menos impuestos, el proyecto de reforma tributaria que presentó en marzo pasado propone extender el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los alimentos, medicinas y servicios de primera necesidad que desde hace décadas están exentos en México.
Por otra parte Fox, presidente sin mayoría parlamentaria, tuvo que soportar en su corto tiempo de presidente algunos desaires del cuerpo legislativo. Uno de sus tropezones fue la forma en la que fue aprobada la iniciativa de ley que le hubiera permitido reanudar el diálogo con el EZLN y terminar el conflicto "en 15 minutos", como había prometido.
La mayoría de los legisladores de su partido (Acción Nacional-PAN) apoyaron, junto con el viejo PRI, una modificación de la ley sobre Derechos y Cultura Indígena que condujo nuevamente a una indefinida tensión entre gobierno y zapatistas.
Por otra parte, un gabinete hetorogéneo, muchos de cuyos miembros son ajenos al partido que lo apoyó para llegar al poder y además tienen poca experiencia política, obliga al presidente a realizar negociaciones que deberían efectuar sus subalternos.Sin embargo, y pese a un reciente gran escándalo sobre gastos irregulares en la presidencia, por primera vez existe en el país y en el exterior un sentimiento de que la corrupción ha bajado.