Alcorta. - La localidad evocó un nuevo aniversario de la rebelión agraria que en 1912 sacudió los cimientos de los injustos sistemas de colonización de la época, y dio origen a la Federación Agraria Argentina. La similitud entre aquellas duras condiciones para la producción y la actual situación del campo, fueron el hilo conductor de las reflexiones que tuvieron el mismo marco histórico.
"Terratenientes y propietarios que de alguna manera explotan al agricultor, deberían saber que hoy comenzamos una huelga que se prolongará hasta el triunfo final de nuestras causas", dijo el 25 de junio de 1912, el dirigente agrario Francisco Bulzani, durante una asamblea que convocó a más de dos mil chacareros de las colonias de Bigand, Máximo Paz, Santa Teresa, Firmat y Cañada de Gómez
A las tres de la tarde de ese mismo día, comenzó la huelga de los ar rendatarios de las fértiles tierras del sur santafesino. La medida se había afianzado durante la noche anterior, en el sótano de la casa de Angel Bujurrabal, cuando atravesados por la bronca y la impotencia los gringos decidieron luchar por nuevos y justos contratos de locaciones.
El historiador Plácido Grela, relata en su libro Alcorta, las condiciones en que vivían y trabajaban los chacareros. "En 1912 la situación era desesperante, difícil y agobiadora. Sobre ellos recaía todo el peso de la crisis cíclica del sistema capitalista. El bajo precio del cereal, los altos arrendamientos y las turbias maniobras de los cerealistas, que operaban en común acuerdo con los importadores y exportadores de granos, provocaron un sistema desesperante".
La polenta de los gringos
A casi un siglo después, Aldo Martino, presidente comunal de Alcorta, fue el encargado de hilvanar las similitudes entre ambas épocas. "Este es el mismo cielo bajo el que se gestó el Grito con mucha polenta, como decían los gringos", dijo y apeló a no vivir de los recuerdos sino a poner en marcha aquella fuerza heredada. "Nuestros abuelos nos enseñaron la lucha, ahora algo habrá que hacer, porque tal como está el país siento verguenza", enfatizó.
En la misma dirección, el senador por el departamento Constitución, Pablo Cardinale, admitió que la actual situación es muy difícil. "Esta desesperanza por la que atraviesa el pueblo argentino es muy preocupante. Que la política está desprestigiada y la dirigencia cuestionada lo sabemos, pero más allá de la crítica tenemos que saber que la única forma de salir adelante es participando", reflexionó.
Para el legislador, ser herederos del Grito de Alcorta rubrica el compromiso entre un espíritu crítico y participativo. "Tenemos que dignificar esa gesta que se recuerda en toda la Argentina, porque fue una enseñanza que si lo hubiésemos honrado como lo merecía, nos hubiese legado un presente diferente", disparó.
Pero Cardinale fue más lejos en la autocrítica y dijo que a quienes actúan en política "desde hace un tiempo nos cuesta actuar porque advertimos el rechazo y las necesidades de la gente, frente a la que no tenemos respuesta". A pesar de la cruda descripción, el senador instó a "volver a soñar y a participar para recuperar mucho de lo que nos han robado".
A su turno, Eduardo Buzzi, Presidente de la Federación Agraria Argentina, destacó las características con las que nació la protesta agraria, "que el cura José Netri supo encauzar en forma pacífica, salvo el crimen de su hermano Francisco Netri que dos años después cayó asesinado por el brazo armado de la oligarquía".
Para el dirigente agrario es fundamental recordar las voluntades de aquellos gringos que poblaron esta región y que "empezaron a pelear por la justicia porque tenían un claro horizonte". Además, dijo que hoy "tenemos un país que no buscamos porque tal vez hayan cambiado otros, que llegaron con un discurso pero que cambiaron el objetivo cuando llegaron al gobierno".
De Alcorta al mundo entero
Según Buzzi, es imprescindible participar activamente para diseñar una alternativa de sociedad al actual modelo, porque mientras unos siguen ganando, en la otra punta, los chacareros, los desocupados y los trabajadores siguen en la exclusión que impone un sistema económico con el que soñaron los gringos de Alcorta, en 1912.
Para Miguel Catalá, licenciado en historia y coordinador del Taller de Escritura y Memoria Histórica de Alcorta, el acto fue un homenaje a esa revuelta agraria conocida en el mundo entero. "Los vecinos se encargan de reinstalar en la memoria colectiva las características de aquel movimiento, y menos nostalgiosos que necesitados, recalcan la necesidad de actuar hoy en consecuencia con las actitudes de aquellos gringos trabajadores que legaron fe y lucha como camino".