-¿Cuándo te fuiste de Rosario?
-En el 93. Estudié e hice talleres con Gladys Temporelli, Héctor Barreiros, Norberto Campos, Jorge Dunster y Lauro Campos.
-¿Quién te marcó más?
-Lauro Campos, que me aportó la disciplina profesional. Lauro y su familia me hicieron revalorizar el teatro como una profesión.
-¿Cómo llegaste a "Grease"?
-Me presenté a un casting de 1.200 personas y básicamente mi aspiración era pertenecer al elenco. En una de las últimas pruebas me enteré que era para uno de los cuatro protagonistas. Finalmente me llamaron para decirme que tenía el personaje de Kimiki.
-¿Cómo es competir con tanta gente?
-Es feroz, sobre todo cuando no se sabe qué es lo que buscan. Todo el mundo trata de mostrar en un minuto todo lo que sabe hacer, pero también se puede aprender.
-A pisarle la cabeza al que está delante tuyo...
-Algunos trabajan de esa manera, pero no sucedió en este elenco.
-¿Qué pasó con el proyecto de gira por España?
-Es una posibilidad, pero no está definido. Hay varias ideas, pero lo principal sería seguir de gira y regresar a Córdoba, Mendoza y a la provincia de Buenos Aires, y también hay un proyecto para Montevideo y el año que viene hacer Mar del Plata.
-¿Cómo vivís la irregularidad del trabajo de actor?
-Tengo otras actividades. Estoy con una banda que se llama Seven. Además, estoy en un proyecto de cantar con los músicos que pertenecían a la Zimbawe. También tendré una participación en "La Biblia y el calefón", el programa de Jorge Guinzburg.
-¿Qué proyecto tenés para cine?
-Estoy rodando "La sangre cuenta", con dirección de Sebastián Evangelista. Es una ópera prima y el guión ganó en un festival de Portugal. En este proyecto trabaja la mayoría de los actores que laburan en Canal 13 y en la productora Pol-ka. Es una historia de dos hermanos y la forma en que resuelven una situación bastante oscura.
-¿Tu objetivo es la televisión?
-Yo participé ocasionalmente en "Poliladron", "Ilusiones" y "Verdad/consecuencia". En el último año se me dieron muchas posibilidades y "Grease" fue una puerta muy grande que me permitió estar en un protagónico en la calle Corrientes. Si viene, lo otro será bienvenido.
-¿Te fuiste porque Rosario te puso un techo?
-En Rosario trabajé muchísimo, pero en Buenos Aires hay más proyectos y más puertas para tocar. Además, cuando hay trabajo, lo que hacés se remunera de otra manera. Rosario fue una muy buena escuela, tanto como Buenos Aires, donde estoy cursando la Escuela Nacional.
-¿Cuál es el sentido de ser actor hoy en Argentina?
-Es un gran desafío, pero valió la pena. Creo que los que apostamos el cien por ciento a esta carrera, experimentamos algo inexplicable, no hay palabras para explicar las pasión. Es algo irracional y muchas veces no tiene lógica. Cuando uno ama realmente su carrera, cualquiera que sea, hace sacrificios y sigue apostando y dándole oportunidades aunque le vaya mal. Así se termina valorando el esfuerzo cuando viene una buena racha.
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"La obra me abrió las puertas de calle Corrientes". |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
