| | cartas Adiós a una luchadora
| Así como las muertes de Daniela y Celeste, por la trascendencia que adquirieron, comenzaron a desnudar el desprecio por la vida y por la norma que motivan determinados comportamientos en el tránsito, ahora la muerte de Celia Quiroga de Haiek (no por ser la primera de estas características, pero sí por ser la de una luchadora incansable conocida por todos) descubre la cara oculta de los "accidentes" de tránsito. Descubre como estos hechos siguen matando y destruyendo mucho después de ocurridos, descubre cómo la muerte violenta y feroz de un hijo que nos es arrancado de nuestro lado por la indolencia, la soberbia o la ausencia absoluta de solidaridad y respeto por la vida, cómo el esfuerzo por recomponer una familia que ha sido fracturada y siempre llega tarde y otras mal o nunca, pueden hacer estallar de impotencia, aun al corazón más fuerte y decidido. Hasta siempre, Celia. Elizabeth Meyer, presidenta de Asociación Civil Protejamos la Vida
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