"La reforma del Código Urbano es una necesidad urgente que las autoridades de la ciudad no pueden relegar". Este fue el reclamo del presidente del Colegio de Arquitectos de la 2ª Circunscripción, José Florio, quien pidió la "actualización" de las normas vigentes desde 1968 y que, a su juicio, sólo con modificaciones van a ser útiles para que la ciudad crezca de una forma "coherente y armónica". Florio recordó que el código sólo fue "emparchado" en varias oportunidades, pero aseguró que continúa "desactualizado de la realidad de Rosario". "Ya estamos en tiempos en que hay que comenzar a pensar la ciudad como un hecho viviente y en constante movimiento, pero el problema es que el código que aún rige está pensado con conceptos muy estáticos", argumentó Florio. Para el arquitecto, las modificaciones "son necesarias porque no todas las transgresiones al código que se ven en la ciudad son negativas. Muchas veces se encontraron verdaderas soluciones edilicias fuera de las normas", indicó, antes de agregar que "primero hay que registrar todo lo que ya está hecho en la ciudad para después impulsar una reforma, y desde allí penalizar fuertemente las transgresiones" que se cometan. "El código se viola fácilmente porque las normas son viejas", aseguró el titular de la entidad, y se quejó porque "la falta de claridad de las reglas hace que la ciudad no crezca coherentemente, sino como puede". Además, el código, que ya tiene más e 30 años, no establece claramente, a juicio de Florio, las particularidades de cada arteria: "Oroño no es una calle cualquiera, sino que tiene peculiaridades que deben estar reflejadas en la norma para que se respete no sólo como espacio urbano, sino también su estilo y sus edificaciones". El arquitecto señaló que lo que sucede en Oroño también se da en Pellegrini, en los espacios frente al río Paraná y en las edificaciones frente a las plazas. "En esos lugares pareciera que la ciudad se construye a voluntad de cada uno y no planificadamente", se quejó. Convencido de que "no se puede hacer cualquier cosa en cualquier lado", el presidente del Colegio de Arquitectos afirmó que "con la reforma del código hay que avanzar sobre la propiedad privada, que no es inmaculada". En su opinión, las modificaciones tienen que hacer que el código sea "para todos igual, porque hoy no es así". Como ejemplo, graficó: "La línea de edificación y las alturas máximas y mínimas de los edificios tendrán que ser respetadas". La relación entre los organismos públicos y los particulares es un punto que para Florio tiene que ser replanteado en las modificaciones. "Hay que repensar la participación de los privados porque es la única forma de ayudar al verdadero desarrollo de la ciudad, y en el viejo código esa relación se plantea fugazmente", señaló. La incorporación de las áreas marginales es otro de los aspectos que, para los arquitectos, tiene que tener presente la reforma, ya que, en palabras de Florio, la ciudad "no es sólo el centro. En la zona de villas de emergencia tiene que haber una clara acción a través de las nuevas normas. Hay que contemplar el conjunto, incluidas las villas, porque es la única manera de hacer que la ciudad crezca armónicamente", remató. E.L
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