Después de 100 días de encierro, de las cientos de argumentaciones a favor y en contra, de los 25 puntos de rating promedio y de los exabruptos de Soledad Silveyra, la conductora del ciclo, llega a su fin "Gran Hermano", la primera experiencia de ficción real interactiva de la televisión argentina. De entre Marcelo Corazza, Tamara Paganini, Daniela Ballester y Gastón Trezeguet saldrá el ganador del reality show y de los 200 mil dólares de premio, novedad que se conocerá hoy en la entrega del programa que saldrá al aire a las 20, por Canal 5. A lo largo de esta última semana, el público dejó de emitir votos negativos y los convirtió en positivos. Esto es, no escogieron quien debía abandonar del programa sino quien saldrá victorioso de la casa. Según una encuesta realizada por la misma producción del envío, Marcelo es quien cuenta con las mayores posibilidades de hacerse del premio y los honores, seguidos en orden decreciente por Gastón, Tamara y Daniela. Los cuatro finalistas obtendrían el favor del público gracias a una heterogénea relación entre las virtudes y defectos expuestos frente a las 70 cámaras de televisión que los filmaron 24 horas durante los últimos 100 días. Marcelo mostró una honestidad a prueba de balas y sería el número puesto para ganar debido a su personalidad políticamente correcta. Gastón encarnó al personaje inteligente, intuitivo y sagaz que hasta no tuvo reparos en confesar su bisexualidad. Por su parte Tamara logró sortear algún complot y expuso su coraje al aceptar su pasado, ampliamente difundido por los medios. Finalmente, Daniela llegó al programa en reemplazo de Patricia Williams, la cordobesa, y adoptó desde el principio un perfil bajo que terminó por beneficiarla. "Gran Hermano" resultó un éxito de audiencia que se mantuvo en los 25 puntos de rating promedio con picos de 27 y 28 puntos, gracias a las polémicas desatadas alrededor de la activa vida pública de Tamara Paganini. La ex bailarina de bares eróticos fue el blanco de los programas de chismes de la televisión argentina, situación que se vio exacerbada por la presencia de su padre en dichos envíos. A esa situación se sumó una seguidilla de exabruptos en boca de su conductora Soledad Silveyra, quien defendió a capa y espada a la participante mencionada y al programa de las críticas sobre la eventual guionización de un programa que se pretendía espontáneo.
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