| | cartas En recuerdo de Celia Quiroga
| Señorita Celia, usted nos transmitió los valores de los educadores públicos, a nosotros, los pibes de los 70. A nosotros, los de la villa de Centeno y Pueyrredón. Usted nos enseñó qué es luchar por nuestros derechos y sí... seguramente también sobre nuestros deberes. Algo de lo que este asesino no tiene idea, desde el momento en que le arrancó lo más sagrado, su Celeste, nuestra Celeste, a la que amamos como si fuera nuestra propia hermana. Porque usted fue una madre y fue la guía. La que se detenía en la peatonal, en medio de una de sus marchas reclamando justicia, para saber en qué andábamos. Usted, con sus problemas, seguía mirando a sus alumnos de la Escuela Pedro Arias. Usted fue, es y será el ejemplo vivo de cómo asumir nuestra responsabilidad en la conducción de un volante, de un hogar, de un país. Juez Barbero ¡te estaremos observando! Para seguir creyendo en lo que Celia Quiroga creyó siempre, las instituciones libres del pueblo, sin que la señora Justicia levante su venda e incline la balanza al mejor postor. Carlos Lezcano
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