La recuperación luego de un trauma severo de cráneo significa un desafío para especialistas y pacientes. Dos modelos diferentes de encarar la reinserción del accidentado en su vida laboral y familiar, implican disímiles resultados en cuanto al tiempo y los costos de la rehabilitación. Eso inspiró a médicos argentinos y estadounidenses a comparar los resultados de la rehabilitación continua y programada tal como ocurre en Estados Unidos con la heterogeneidad de los tratamientos que coexisten en el modelo argentino, en el primer estudio a nivel mundial sobre el tema.
Del proyecto participan médicos del Hospital de Emergencias Dr. Clemente Alvarez de Rosario y de los hospitales Italiano, Fernández, Posadas y Haedo, de Buenos Aires, juntamente con especialistas de la Universidad de Ciencias de la Salud, de Oregón, EEUU. La investigación es comandada por los doctores Carlos Rondina, jefe de la unidad de terapia intensiva del Clemente Alvarez, y Randall Chelnut, director de la Unidad de Pacientes Neurológicos Críticos de Oregón.
"Compararemos los resultados de la rehabilitación programada como reciben los pacientes en EEUU, con la heterogeneidad de tratamientos argentinos", dijo Carlos Rondina a La Capital.
La iniciativa del denominado Proyecto Argentina (Traumatic Brain Injury and Rehabilitation) surgió de la Asociación Argentina de Terapia Intensiva, en virtud de que los traumatismos de cráneo son la primera causa de muerte en menores de 40 años y aquellos que sobreviven, necesariamente requieren de un tratamiento de rehabilitación para lograr su reinserción social, laboral y familiar. "Evaluar el nivel de rehabilitación de una persona en función de la disminución de las secuelas resulta muy importante porque permite su recuperación a la actividad habitual", agregó Rondina.
El proyecto comenzó el 18 de agosto del año pasado y culminará el mismo mes del 2002. Los centros argentinos intervinientes del estudio fueron seleccionados en virtud de la especialización en la atención de accidentados con lesiones severas en el cráneo. "El Clemente Alvarez fue seleccionado por tratarse del único hospital de emergencias que posee un servicio público de neurocirugía que atiende a una población de 1.400.000 habitantes", dijo.
En el marco del proyecto se evaluará no sólo la atención del paciente mientras permanece internado, sino también el tratamiento recibido tras el alta hospitalaria, a los tres, seis, nueve meses y un año posteriores.
Del estudio participan 400 pacientes (200 argentinos e igual número de EEUU), ingresados al centro asistencial durante las primeras 24 horas luego del accidente. Se trata de personas mayores de 13 años, con trauma severo de cráneo a causa de accidentes de tránsito y laborales, heridas por armas de fuego o como resultado de la práctica deportiva.
Los fondos para el financiamiento del proyecto provienen del Instituto Nacional para la Investigación y el Desarrollo de la Rehabilitación en Discapacidad de los EEUU. Anualmente el organismo convoca a la presentación de propuestas para el financiamiento de proyectos sobre el tema. El Proyecto Argentino resultó elegido junto con otras cinco iniciativas similares, sobre un total de 80 propuestas.
Dentro y fuera del hospital
"En Argentina la rehabilitación de un traumatizado grave no está sistematizada, depende de las posibilidades económicas y de información del paciente y su familia", explicó el jefe de terapia intensiva del Hospital de Emergencias.
Ante la ausencia de una institución estatal que derive los pacientes a un centro de rehabilitación para completar la recuperación, algunos prefieren contratar diferentes especialistas en su domicilio, mientras que otros concurren a centros privados.
Esto contrasta con la metodología utilizada en el país del norte donde todos los pacientes reciben atención especializada hasta la recuperación final. Al respecto, Nancy Carney, coinvestigadora de la Universidad de Oregón, explicó a La Capital que en su país existen diferentes instancias para la rehabilitación y que esta "comienza durante la internación y prosigue luego del alta hospitalaria en un instituto especializado donde se lo trata interdisciplinariamente desde las áreas cognitivas, motoras y psicológicas", dijo. La investigadora miembro del equipo del doctor Randall Chelnut, estuvo en Rosario para evaluar la marcha del proyecto.
Manejo del trauma
El doctor Chelnut, principal investigador del estudio junto a Carlos Rondina, se desempeña como jefe del área de Trauma de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón. La coordinación local del estudio está a cargo del doctor Gustavo Petroni, mientras que en Buenos Aires hace lo propio, Walter Videna. El equipo rosarino se completa con Silvia Luján y Javier Matkovich.
"En Rosario nos manejamos con las pautas para el manejo del trauma aconsejadas por la Organización Mundial de la Salud que definen la forma de tratar a los pacientes durante la internación en terapia intensiva. De esta forma se logró bajar la mortalidad en comparación con aquellos centros de salud que no adhieren", explicó Gustavo Petroni.
En razón que el doctor Chelnut es autor de una de esas guías y debido a que los médicos del Hospital de Emergencias se guían por esos lineamientos, surgió la inquietud por saber qué sucedía en el tiempo con los pacientes tratados de la misma forma al momento de arribar al centro asistencial. Dado que las diferencias se plantean luego del alta, el estudio se propone conocer si el tratamiento de rehabilitación sistematizado es más eficaz que el que reciben los pacientes argentinos.
El Proyecto Argentino evaluará también cuáles son las secuelas más frecuentes.
"El traumatizado grave recibe diferentes tratamientos. En primera instancia es atendido por las complicaciones surgidas de las lesiones neurológicas producto del accidente. Una vez que esa terapia concluye, no significa que la persona esté recuperada, por el contrario, va a su casa con un montón de déficits que son necesarios recuperar para volver a la vida normal", dijo Petroni.
En EEUU, el alta del paciente se adapta a sus posibilidades de recuperación. Si la persona recibe el alta médica, pero aún no está preparado para volver a su casa, le brindan un lugar de cuidados donde podrá reeducarse con personal entrenado. De igual modo recibe entrenamiento el familiar o la persona encargada de cuidarlo en el domicilio. "No se los deja solos", apuntó Nancy Carney.
Terapia domiciliaria
La continuidad de la rehabilitación en el domicilio, supervisada por asistentes sociales y enfermeros, es una modalidad que demostró efectividad en cuanto a la reducción de los costos del tratamiento, y además mejora el estado psicológico del paciente.
"Los traumas craneanos alteran la personalidad del afectado, quien comienza a comportarse de una forma diferente a la habitual. Esto crea problemas psicológicos en el entorno familiar, lo que luego se vuelve en contra del paciente", explicó la especialista estadounidense.
La adaptación del paciente a su familia, así como la adecuación de los miembros del grupo con las nuevas posibilidades del enfermo, son conceptos tenidos en cuenta por el sistema de salud norteamericano a la hora de programar un tratamiento. "Hacemos el seguimiento de la familia y el paciente durante la recuperación", agregó la especialista.
El interés norteamericano en la recuperación de los accidentados está motorizada por las diferentes compañías privadas (aseguradoras, riesgos del trabajo, entre otras) que solventan las intervenciones médicas. El capital privado está interesado en los resultados en el largo plazo no sólo en cuanto a la sobrevida del paciente, sino también en lo que respecta a su reinserción en la actividad laboral.