Bajo un enorme monumento de figuras retorcidas y martirizadas, el Papa Juan Pablo II rezó ayer por los muertos en Babi Yar, la hondonada donde los nazis iniciaron la masacre sistemática de los judíos ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial.
Los judíos quedaron conmovidos por la visita papal a un monumento que se ha convertido en un símbolo universal del sufrimiento durante el Holocausto, y expresaron gratitud por el gesto. "El papel del Papa en la promoción de la tolerancia en el umbral entre el siglo XX y XXI no puede ser soslayado", dijo Josef Zissels, director de la Asociación de Organizaciones y Comunidades Judías de Ucrania.
Asesinato en masa
Las fuerzas nazis invadieron la Unión Soviética en junio de 1941 y para septiembre, habían tomado ya la capital ucraniana, Kiev. Ese mes, ordenaron que los judíos de la ciudad se reunieran vistiendo ropas abrigadoras y portando sus bienes. Luego, los llevaron en columnas fuera de la ciudad, hasta Babi Yar.
Más de 33.000 judíos fueron asesinados en sólo dos días. En total, unos 100.000 judíos y otras tantas personas de otras religiones fueron muertas y dejadas en la hondonada durante la ocupación alemana de alrededor de dos años.
El Papa se paró ante el gran monumento de hormigón y bronce en la árida zona, flanqueado por el rabino principal de Ucrania, Yaakov Dov Bleich, y por otros jerarcas judíos. Rezó en silencio y luego recitó una plegaria en latín por los muertos. Después se volvió hacia Bleich y le dijo: "Dios te bendiga", relató el rabino.
El monumento fue construido entre 1966 y 1974, tras décadas de silencio oficial sobre la masacre de setiembre de 1941. En la Unión Soviética, que perdió unos 27 millones de personas en la Segunda Guerra Mundial, los intentos por referir la tragedia judía durante el Holocausto fueron suprimidos, y la placa que acompaña al monumento rinde honores sólo a los ciudadanos masacrados de Kiev.
Los judíos, indignados, tuvieron la oportunidad de levantar su propio monumento en el sitio en 1991.
Bleich indicó que hubiera preferido que el Papa visitara el monumento judío, a unos 1.000 metros del soviético, "pero su sola presencia aquí es muy importante para los judíos de todo el mundo", indicó el rabino, nativo de Nueva York.
Pasividad de la Iglesia
Los líderes judíos han criticado al Vaticano por no condenar más duramente la actitud pasiva asumida por la Iglesia Católica durante la Segunda Guerra Mundial. El papa Pío XII guardó silencio ante las atrocidades nazis, aunque algunos sacerdotes y monjas arriesgaron sus vidas para dar refugio a los judíos.
Juan Pablo II ha sido el primer Papa en disculparse por los errores históricos de la Iglesia. No obstante, fue criticado de nuevo el mes pasado, cuando no respondió la diatriba antisemita que hizo el presidente sirio Bashir Assad en su presencia. Sin embargo, Bleich dijo que la visita del pontífice a Babi Yar calmaría algunas inquietudes generadas en Siria.