Marcos Cicchirilo
Buenos Aires, (enviado especial).- Las posibilidades y la necesidad de avanzar con una reducción del gasto público se convirtieron ayer en el gran tema de debate en la apertura de la reunión anual de la Asociación de Bancos, que culminará hoy en esta ciudad. El titular de la entidad que nuclea a entidades financieras nacionales y extranjeras reclamó la necesidad de aplicar una nueva reforma del Estado para contener el déficit fiscal, mientras que el número dos del Fondo Monetario Internacional, Stanley Fischer, se distanció de la heterodoxia del gobierno en materia económica al puntualizar la conveniencia de bajar el gasto en lugar de aumentar impuestos. A diferencia de lo ocurrido en años anteriores, esta vez el presidente de la Nación se abstuvo de participar en la jornada inaugural, aunque se reservó un lugar para hoy en el cierre. En el acto inaugural efectuado ayer por la mañana en el Hotel Hilton, Escasany respaldó las medidas dispuestas por el gobierno nacional una semana atrás, aunque dejó entrever cierto malestar por los constantes cambios en las reglas de juego. El banquero remarcó también la necesidad de ajustar el gasto público, implementar las reformas estructurales pendientes en las áreas de educación y salud, y reclamó la "plena vigencia de la ley" ya que el país "vive inmerso en un clima de violencia cotidiana" (ver aparte). Sin que llegara a convertirse en una réplica, el ministro de Economía Domingo Cavallo recogió el guante. Luego de dedicar los primeros minutos de su disertación para ponderar las medidas económicas, el jefe del Palacio de Hacienda consideró que el problema del gasto público es consecuencia de las malas leyes dictadas en el pasado, que favorecieron la industria del juicio. Asimismo, estimó que el paquete de medidas que adoptó el gobierno nacional van a permitir "erradicar la plaga que constituye la evasión impositiva". A su turno, el subdirector gerente del FMI, Stanley Fischer, coincidió con la visión de los banqueros: apoyó al plan procompetitivo lanzado por el gobierno pero con todas las letras dijo que que los instrumentos dispuestos para la reactivación "implican una mayor intervención del Estado", algo que el organismo financiero no pregona. El directivo del Fondo, en su última presentación oficial en la Argentina como funcionario, puso énfasis en la necesidad de tomar medidas que promuevan la competencia en los distintos sectores económicos, desregular las obras sociales y profundizar la flexibilización del mercado laboral. Afirmó que "es mejor bajar los gastos que aumentar los impuestos" y se mostró proclive a que se realice un control más férreo de las erogaciones provinciales. "Es necesario bajar el déficit fiscal si se quiere aumentar la confianza de manera duradera", sentenció Fischer, y destacó que el ajuste fiscal lleva a un círculo virtuoso de la economía porque permite bajar la prima de riesgo país". Así, se diferenció del contenido de las medidas aplicadas por el gobierno nacional y recurrió a la artillería tradicional de los organismos financieros internacionales: "La Argentina va a tener que seguir avanzando en las reformas estructurales, como son las reformas laborales y al sistema de obras sociales, y deberá mejorar sus sistema impositivo si es que va a aumentarse la confianza de manera duradera". Según el funcionario del FMI, "con el nivel actual de los spreads, la dinámica de la deuda aumenta cada vez más y el aumento de las tasas de interés ahogan cualquier perspectiva de una recuperación económica". Aunque sus conceptos marcaron diferencias con respecto a las políticas que impulsa Cavallo, Fischer se cuidó en criticar de modo directo el plan económico. Por su parte, Escasany señaló que constantemente se habla sobre la necesidad de combatir la evasión, pero "no se advierte ningún logro relevante" a pesar de los "enormes recursos que maneja la Afip". Agregó que el principal problema de la economía argentina lo constituye "el elevado nivel del gasto primario del Estado, que parece inmune a los avatares de la economía mundial", que mostró una contracción en los últimos años. Aunque el titular de ABA destacó que "las medidas anunciadas apuntan a completar el plan de competitividad, el cual compartimos plenamente", dijo que hace falta reforzarlo, y que para ello es necesario profundizar la reforma del Estado. "Una parte de esta mejora podría trasladarse a la economía privada, bajo la eliminación de algunos impuestos, algo que ya se está haciendo mediante los planes de competitividad". Escasany agregó que son necesarias modificaciones en el ámbito de la salud y de la educación, "en los que hay que dejar de lado viejas consignas para encarar su modernización". A su turno, el ministro Cavallo estimó que "en el sistema financiero falta un mercado de futuro en pesos de operaciones de otras monedas pesos"(ver pagina 13). Apuntó además hacia los que cuestionan el hecho de que no se haya recortado nuevamente el gasto público, a quienes les recordó que en el 2000 hubo un importante ajuste tanto de la Nación como de las provincias en ese sentido. También subrayó el tenor de las medidas impositivas dispuestas por el gobierno, ya que consideró que apuntan "a una simplificación y a la disminución de la economía informal".
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