-¿Cómo surgió la idea del micro?
-Una noche, en la que hablaban de cine, llamé a la radio para contar algunas historias que recogí en cuarenta años de actividad, y después me propusieron hacerlo regularmente. El micro se llama "Proyectando ilusiones" y va dentro del programa "La ventana entreabierta", que dirige Horacio Yapoconelli.
-¿De qué hablan, además de los cines?
-Pasamos música de películas de aproximadamente 15 años atrás y la gente se engancha mucho con eso. A veces llaman no para pedir temas, sino para contar una historia del cine de su barrio. En un solo programa llegamos a tener casi 60 llamados.
-¿Cuándo empezaste en los cines?
-A los 12 años. Estuve quince años al frente del Sindicato de Operadores y en ese tiempo pude reunir anécdotas de personas que hasta fueron operadores del cine mudo. Recogí esa experiencia en un libro en el que reflejo la historia de los boleteros, los acomodadores, los bomboneros, de modo de contar la historia de la ciudad a través de los cines.
-¿Cuál es la mejor anécdota?
-Una de un operador que trabajaba con rollos de siete minutos en el Imperial. Puso uno y fue al baño, pero entró en el de mujeres. Justo entró una señora y lo encontró con los pantalones bajos. Conclusión: que la mujer empezó a gritar y tuvieron que parar la función.
-¿Y la peor?
-Lamentablemente, hace poco me tocó desmantelar el Radar, el Heraldo, el Gran Rex, el Palace y muchos que ese día lloramos.
-¿Cuál es tu mejor recuerdo?
-Cuando reabrieron el cine Broadway, donde debuté como técnico en las salas del centro de la ciudad.
-¿De dónde viene el interés por el cine?
-Todo empezó a los 6 años. Tenía una caja de zapatos con un agujerito y una vela adentro y pasaba fotos de revistas. Luego encontré unos fotogramas y armé una especie de proyector con una lupa y un velador hasta que apareció el Cinegraf. Así me pasé una niñez oscura hasta que a los 12, en el año 56, empecé a trabajar en el cine Luján cuando se proyectaba en 16 milímetros, y dos años más tarde aprendí el oficio de operador en 35 milímetros.
-¿Cuál fue la época de oro en Rosario?
-La década del 60 cuando hubo 57 salas trabajando simultáneamente.
-¿Por qué se redujo el mercado?
-Acá se apuraron mucho a cerrar las salas. El primer embate fue cuando llegaron los canales de aire a la ciudad. Después con el video volvió a caer y se levantó. Tuvo otro embate con la llegada del cable, pero ahora se sacudió el polvo y está de nuevo en marcha. Históricamente hubo un millón de espectadores y hoy esa cifró se incrementó en 400 mil espectadores, o sea que el promedio se mantiene.
-¿Qué edades tiene tu público?
-De 30 para arriba y se enganchan con lo nostálgico. Eso se ve muy bien en "Cinema Paradiso" de Ettore Scola y "Splendor" de Giuseppe Tornatore, donde captaron muy bien esa sensación de que el operador que trabajaba en la cabina de máquinas era parte del espectáculo.
"La ventana entreabierta" va los sábados, de 9 a 12, por FM Latina.
| |
La Ciudad
