Año CXXXIV
 Nº 49.156
Rosario,
sábado  23 de
junio de 2001
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Reapareció una banda que cometió numerosos robos en Rosario
Delincuentes con uniformes policiales asaltan un depósito de la zona oeste
Fue en Vélez Sarsfield al 7200. En 15 minutos los ladrones redujeron a los empleados y se llevaron el dinero

Ariel Etcheverry

Cuatro delincuentes fuertemente armados y vestidos con uniforme de la policía provincial asaltaron ayer un depósito de gas de la zona oeste y se llevaron 8.500 pesos que estaban guardados en una caja de seguridad. En un golpe que duró cerca de 15 minutos, la banda actuó en forma profesional a tal punto que utilizó una amoladora para violentar la cerradura de la caja y después escapó sin dejar el mínimo rastro.
El atraco se produjo minutos después de las 11 en el depósito de garrafas Issa, gas licuado de petróleo, ubicado en Vélez Sarsfield al 7200, jurisdicción de la seccional 17ª. La misma empresa había sufrido once días atrás un asalto de similares características al de ayer, con lo que el número de veces en que fue visitada por delincuentes se eleva a tres en lo que va del año si se computa otro robo calificado ocurrido en enero.
El episodio parece constituir la reaparición de una peligrosa banda que cometió varios robos en lo que va del año en Rosario (ver aparte).
Según fuentes policiales, ayer los delincuentes llegaron a bordo de un Volkswagen Pointer plateado y entraron directamente con el vehículo por el portón de rejas del predio. El coche quedó estacionado a pocos metros del ingreso, entre las oficinas administrativas y otra dependencia de la empresa en cuyo frente está pintado el letrero de "vigilancia".
Testigos del hecho contaron a la policía que los asaltantes fueron cuatro, tres de los cuales vestían uniforme policial y el restante usaba ropa muy similar a la utilizada por la fuerza de seguridad. El grupo se dividió en dos parejas y actuaron en forma simultánea. Una fue directamente hacia la administración y la otra hacia lo que sería el sector de vigilancia. Entre los dos lugares había en total diez personas, entre empleados y fleteros.
El predio que ocupa Issa cuenta con abundante señalización con medidas de precaución en cuanto al manejo de gas. También un cartel visible a simple vista que dice "sonría, lo estamos filmando". Voceros policiales consultados por este diario indicaron que la empresa no cuenta con ningún sistema de video y que al momento de producirse el robo no había custodia.
Oscar, uno de los empleados del lugar, contó que los ladrones eran jóvenes y llevaban sus rostros descubiertos. Actuaron con mucha tranquilidad, ya que no llegaron a golpear a nadie, pero siempre demostraron una actitud intimidatoria. A tal punto que obligaron a sus víctimas a que se tiraran al piso y después las maniataron con cinta adhesiva.
La situación más tensa la vivió Oscar cuando no acató al pie de la letra una orden. El trabajador debió soportar sin inmutarse cómo uno de los maleantes, apuntándole con su arma a la cabeza, gatillaba dos veces sin que saliera el proyectil. "Lo hacía porque yo terminaba de agachar la cabeza y ellos querían que no los viéramos", recordó. Una fuente de la investigación comentó que el grupo pudo tener información de antemano acerca de dónde estaba el dinero, ya que ninguno de los empleados tenía en su poder la llave ni la combinación de la caja de seguridad que está empotrada en una de las paredes.
Aparentemente los asaltantes sabían que se iban a encontrar con la caja cerrada y por eso llevaron una moladora para poder vulnerar la cerradura. Por eso, y cuando tenían a sus víctimas controladas e inmovilizadas, trabajaron alrededor de 15 minutos hasta que lograron forzar la cerradura y extraer todo el dinero. Las fuentes consultadas dijeron que el monto de lo robado llegaba a los 8.500 pesos, entre dinero en efectivo y cheques.
Con el botín asegurado, la banda escapó en el mismo auto en el que había arribado. Allegados a la investigación no descartaban que haya habido otra hombre al mando del Pointer. El grupo habría salido por Vélez Sarsfield hacia el oeste para acceder luego a la avenida Circunvalación que se encuentra a sólo 300 metros del depósito. Por esa arteria, el grupo pudo llegar rápidamente a los accesos a la ciudad.



El depósito de garrafas donde ocurrió el robo.
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