El ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, llegó anoche a Salta para iniciar conversaciones con los pobladores de General Mosconi, quienes siguen reunidos en la plaza principal en torno al "Campamento del aguante". La Capital pudo saber de fuentes irreprochables que el gobernador salteño, Juan Carlos Romero, no le ofreció "garantías" de seguridad al funcionario, quien, sin embargo, decidió partir hacia el lugar del conflicto. Paralelamente, la Side le presentó al presidente Fernando de la Rúa un informe reservado en el que advierte que la situación que vive Salta podría extenderse a una docena de provincias, entre ellas Santa Fe. "Lo que pasó fue algo de no creer. Romero se negó a suministrarnos medios de transporte para llegar a Tartagal y General Mosconi y no le dio garantías a Juampi sobre su seguridad", relató a este diario una fuente cercana al funcionario nacional. El viaje de Cafiero se manejó en el mayor de los misterios y su llegada a Salta sorprendió hasta al mismísimo gobernador. Ayer fueron incautados los equipos de la única radio opositora de la General Mosconi por cuestiones administrativas, aunque para sus dueños y la población la medida fue adoptada "para hacernos callar". Treinta personas recuperaron su libertad luego de ser indagadas por el juez federal Abel Cornejo sobre los incidentes del domingo pasado que dejaron dos víctimas fatales y decenas de heridos. Otras cinco personas siguen detenidas, y a tres se les negó la excarcelación. Mientras tanto sigue pendiente la orden de detención para otras cuatro personas, lista que encabeza el piquetero Pipino Fernández, a quien los acontecimientos de la última semana lo han convertido en un personaje asediado por el periodismo. El viaje de Cafiero a Salta fue manejado con tal grado de hermetismo que ni la cúpula del Frepaso pareció estar enterada. Al mismo tiempo en que el ministro pisaba suelo salteño, el Frepaso proponía conformar una comisión parlamentaria para viajar a General Mosconi, a fin de conversar con los ciudadanos de esa zona y procurar reinstaurar el diálogo que ponga fin a los enfrentamientos. Cafiero anunció que el lunes próximo llegará a la provincia un grupo de funcionarios para "diseñar una propuesta productiva y de contención social" para Tartagal y General Mosconi. "Esta realidad es producto de la improvisación de los que apostaron a un país casino y de las privatizaciones sin red social ni productivas", concluyó. Pero el fantasma salteño amenaza con extenderse a otras provincias: el titular de la Side, Carlos Becerra, habría presentado al presidente un informe en el que advierte que la situación que vive Salta podría extenderse a una docena de provincias, entre las que se encuentran Tucumán, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chaco, Chubut, Catamarca, Entre Ríos, Misiones, Neuquén y Río Negro". Ayer, el gobierno consideró "lamentable que se intente aprovechar la difícil situación" que atraviesan los sectores postergados de la población, y convocó a un diálogo para definir el tipo de sociedad en que se quiere vivir. A su vez, De la Rúa negó la posibilidad de que se registren estallidos sociales. "El gobierno nacional repudia la violencia como método y convoca a buscar la solución de los problemas, a través de un diálogo fecundo, propio de los sistemas civilizados", concluyeron desde la Casa Rosada.
| Un piquetero muestra las huellas de la represión. | | Ampliar Foto | | |
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