Año CXXXIV
 Nº 49.156
Rosario,
sábado  23 de
junio de 2001
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El Concejo aprobó la iniciativa en una extensa sesión
Buscan actualizar el catastro con un plan para regularizar obras
Los empleados de los clubes costeros coparon las gradas, insultaron a algunos ediles y fueron echados del recinto

Pedro Squillaci

En una sesión sazonada de ingredientes polémicos y hasta irrisorios, el Concejo Municipal aprobó ayer un régimen especial para regularizar la declaración de edificaciones que no consten en los padrones catastrales. La iniciativa fue aprobada en una jornada donde no faltaron momentos de tensión, como cuando irrumpió un grupo de empleados de los clubes costeros, que insultaron a algunos concejales y fueron echados del recinto. El debate para aprobar la moratoria duró tres horas, de las cuales una y media se fue sólo en dirimir a quién correspondía la idea originaria del proyecto.
La sesión arrancó a las 12.15 y finalizó a las 17.40. Y a pesar de las casi cinco horas y media de duración hubo muy poco para rescatar. Cuando el radical Daniel Luna pidió un minuto de silencio en memoria de los dos muertos por el conflicto de la localidad salteña de General Mosconi parecía que la seriedad sería el común denominador de la jornada. Pero muy lejos se estuvo de eso.
Un ejemplo es contundente: para debatir en qué proyecto se inspiró la moratoria inmobiliaria -si era del edil Rubén Bermúdez, de María Cristina Usandizaga o del Ejecutivo Municipal- hubo que soportar chispazos estériles y extensos entre los distintos bloques que llevaron alrededor de una hora y media. Como conclusión, Usandizaga retiró su proyecto porque el que se aprobaría no respondía al espíritu que ella proponía, y se modificó el texto de la ordenanza final para reconocer el mensaje de Bermúdez junto con el de la Intendencia.
En lo que respecta estrictamente a la iniciativa, que alcanza a casi 40 mil inmuebles en estado irregular, los dueños tendrán 180 días -con opción a seis meses más-, para hacer los trámites respectivos. Esta suerte de moratoria afectará a los inmuebles que no tengan permiso de edificación, y que al 1º de noviembre de 2000 no hayan obtenido final de obra.
Otro de los momentos movidos de la sesión se dio cuando irrumpió un grupo de trabajadores de los clubes costeros, nucleados en Utedyc. Los empleados, que se movilizaron con pancartas y explosivos, temen quedar en la calle si desalojan las entidades deportivas que ocupan terrenos públicos en la costa central del Parque Nacional a la Bandera. Y si bien el presidente del cuerpo, Pablo Cribioli, los había recibido en privado y se había comprometido a mediar en el conflicto, en el recinto los invitó a retirarse de las gradas cuando comenzaron a insultar a algunos concejales.
Es que los ánimos se caldearon cuando los empleados se hartaron de la extensa discusión entre el concejal Evaristo Monti y el socialista Sergio Liberati, y decidieron intervenir increpando verbalmente a éste último. Previamente se la habían agarrado con el cavallerista Oscar Urruty. Los insultos y los gritos generaron la reacción del presidente del cuerpo.
Pese a estos estos chispazos, pasado mañana la comisión de Planeamiento del Concejo se entrevistará con el secretario de Gobierno, Antonio Bonfatti, para que el conflicto de los clubes costeros se resuelva a la brevedad.



Los trabajadores de los clubes temen quedar en la calle.
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