Año CXXXIV
 Nº 49.156
Rosario,
sábado  23 de
junio de 2001
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Impuestos: ¿a favor o en contra?
La nueva ingeniería fiscal deja ganadores y perdedores. Estudian la rebaja del IVA granos

El nuevo plan económico lanzado por el ministro Cavallo tiene presencia firme en el campo con la creación del dólar exportador, pero también con un paquete de medidas impositivas que hacen temblar al sector. Con su entrada en vigencia, los empresarios van a tener que pagar más por el gasoil, más cargas y más por el temible impuesto a las cuentas corrientes.
Al mismo tiempo, se desprenderán de dos viejos enemigos: los impuestos a la ganancia mínima presunta y a los intereses bancarios, que los despojaban de cerca de 300 millones de pesos anuales, según cálculos de distintos especialistas en temas tributarios.
Paralelamente, Cavallo puso el acelerador en un proceso que tiende a basar el sistema impositivo en dos grandes impuestos: IVA y ganancias. Esa tendencia es la que está en el horizonte del festival de pagos a cuenta de esos tributos que implementó el gobierno. "La idea es interesante porque esa posibilidad no alcanza a los que operen en negro, por lo cual tiende a un blanqueo de la economía", señaló el especialista Enrique Lingua, quien no obstante advirtió que "en lo inmediato es una clara desventaja financiera porque el aumento del gasoil y de los aportes salen del bolsillo, más allá de que pueda descontarlo a futuro".
El peligro de este mecanismos de pagos a cuenta es la acumulación de créditos fiscales de IVA, una situación que implica más que algún caso aislado en un sector fuertemente vinculado a la exportación y, por ende, con límites concretos para trasladar el tributo. Un cálculo preliminar realizado por un analista del mercado local indica que una empresa que explota mil hectáreas en la zona norte de Buenos Aires puede acumular fácilmente 30 mil dólares anuales de saldo a favor de IVA. Por el lado de ganancias, la posibilidad de descontar impuestos depende de que la firma no haya tenido quebrantos.
En sus anuncios, Cavallo incluyó de facto al sector agropecuario y a los transportistas de cargas en un plan de competitividad, lo que implica que podrán trasladar íntegramente a cuenta de IVA y ganancias el impuesto al gasoil, los aportes patronales (que se van al 21% si se incluyen las obras sociales) y la totalidad de la alícuota del impuesto a las cuentas corrientes.
No está tan claro. El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Manuel Cabanellas, denunció el jueves pasado, que, según la información que manejaba, la posibilidad de descuento se acotaba al porcentaje de suba, tanto del gasoil como de los aportes patronales. Por otro lado, puso en duda los plazos de entrada en vigencia de la eliminación de ganancia presunta e intereses.
De cara a ganarse la simpatía del sector, una dilación de estos beneficios sería un error. Como lo señaló Lingua, la disponibilidad del impuesto al gasoil y de los aportes patronales, así como la eliminación de tributos distorsivos, eran respuestas en línea con reclamos históricos del sector.
No así el incremento de la alícuota del impuesto a las cuentas corrientes, que se ha convertido en una aspiradora de recursos de caja de los empresarios agropecuarios.
"Los que sí se tragan todos los sapos son los monotributistas, que no pueden descargar nada", señaló Lingua.
En la maroma de medidas Cavallo deslizó también la posibilidad de reducir las retenciones sobre el IVA granos, aunque no dio mayores precisiones. Unos días antes, la Secretaría de Agricultura había dejado trascender incluso que se estaba analizando una reducción al IVA ventas para el sector granario al 10,5%, siguiendo un esquema similar al instrumentado para el sector ganadero.
"Es probable que esa medida se esté fogoneando pero sería un error si al mismo tiempo no bajaran las retenciones ya que si se mantiene el IVA para las compras de insumos al 21%, la acumulación de créditos fiscales sería tal que se convertiría en un perjuicio directo para el productor", señaló Lingua.


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