Vietnam e Italia piden harina de soja argentina

Los bajos precios seducen a los importadores

Con precios que responden a las expectativas de los importadores vietnamitas y como reemplazo de los derivados de carne y hueso para alimento animal en Italia, la harina de soja nacional comenzó a posicionarse en mercados históricamente vacilantes a comprar el subproducto de la oleaginosa de mayor producción en Argentina.
En el caso de Vietnam, representantes de la exportación local confirmaron ayer que ese país adquirió 10 mil toneladas del producto, con embarques escalonados a realizarse el mes próximo.
Entre los motivos salientes que definieron la importación del país asiático, los operadores destacaron que la India, tradicional proveedor de harina de soja a esa nación, estaría agotando sus saldos exportables, por lo cual los vietnamitas optaron por comprar el subproducto argentino, debido a que los valores locales de las harinas responden a las proyecciones de precios que ese país preveía pagar.
Respecto de Italia, se incrementarían sus importaciones del producto nacional, debido al mantenimiento de la prohibición de uso de harinas de carne y hueso para alimento animal, luego del recrudecimiento del mal de la vaca loca en el continente europeo.
De acuerdo con proyecciones del Departamento de Agricultura de EEUU(Usda), los italianos estiman comprar alrededor de 2,5 millones de toneladas de harina de soja argentina, en parte también porque su producción interna del rubro disminuyó, respecto del ciclo comercial anterior.
Además, los cálculos preliminares de importaciones del producto desde Italia podrían elevarse, en tanto se mantenga la prohibición de alimentar rodeos ganaderos con derivados de carne o hueso, con cuyo suministro se presume que puede originarse la encefalopatía espongiforme bovinaEntre tanto, las colocaciones externas de grano de soja argentino, en especial en el mercado europeo, continuarían en niveles similares a los del año pasado, debido a mayor necesidad de esa plaza de subproductos de la oleaginosa, y cuya capacidad de molienda e industrialización implica mayores costos que el de recurrir a las importaciones del rubro originadas en Sudamérica, especialmente en Argentina.