La calma parecía reinstalarse anoche en las localidades de General Mosconi y Tartagal, tras dos días de violencia, aunque la Gendarmería seguía apostada sobre la ruta 34 ante la presunción de que con la oscuridad podrían volver los piquetes. Por su parte, el presidente Fernando de la Rúa le pidió al gobernador Juan Carlos Romero que viaje hoy a la Capital Federal, mientras que desde la Casa Rosada se le bajó el tono a la posibilidad de impulsar el estado de sitio o una intervención federal. Además, la administración aliancista decidió enviar una delegación para dialogar con los manifestantes. Los anuncios fueron realizados por el ministro del Interior, Ramón Mestre, quien (en contraposición a declaraciones anteriores) descartó la posibilidad de decretar el estado de sitio o una intervención en Salta, tras precisar que, de acuerdo a lo informado por el juez Abel Cornejo, la situación se encuentra "en estado de tranquilidad". Según sostuvo Mestre, funcionarios de la cartera de Interior viajarán en las próximas horas para "tomar contacto" con los manifestantes y saber "cuáles son los incumplimientos y las demandas hacia el gobierno de Salta". Durante una tensa jornada, cientos de habitantes de Mosconi despidieron los restos de los dos jóvenes asesinados el domingo pasado en los enfrentamientos entre piqueteros y uniformados, escoltados de cerca por efectivos de seguridad. Después de los entierros, los pobladores volvieron a sus hogares, excepto un grupo de beneficiarios de planes Trabajar, que se concentró frente a la sucursal del Banco Nación en Tartagal para exigir que se les abone las cuotas atrasadas. La manifestación finalizó sin incidentes, aunque la Gendarmería lanzó gases cuando hubo algunos intentos de volver a ocupar la ruta, a la altura de Mosconi. En medio de esas refriegas se informó que un joven herido de bala habría sido trasladado a un hospital, pero las fuerzas de seguridad no confirmaron el incidente. Por su parte, Romero anunció que no dialogará con los piqueteros ni con los habitantes de Mosconi y Tartagal hasta que no cese la violencia. Horas después, el gobernador fue convocado por De la Rúa a la Capital Federal, con el objetivo de encontrar una solución a la crisis en Salta. A su vez, diputados, integrantes de organismos de derechos humanos, legisladores porteños y gremialistas viajarán a esa provincia entre hoy y mañana para intentar detener la represión y negociar una salida al conflicto. La Cámara baja fue escenario de una heterogénea conferencia de prensa, donde políticos y sindicalistas, entre otros, exigieron el retiro de las fuerzas de seguridad, la liberación de los detenidos y reiteraron su pedido de interpelación a Mestre, tema que encendió un nuevo debate (ver página 11). Además, se convocó a una marcha para mañana a Plaza de Mayo. Incluso, ante la falta de negociadores oficiales, el presidente del Colegio de Abogados de Salta, Daniel Tort, insistió en ofrecer a esa institución como mediadora. Pero se topó con la negativa a sentarse a dialogar de Romero. Los enfrentamientos comenzaron el domingo, cuando la Gendarmería, por orden judicial, desalojó el corte de ruta que había comenzado 20 días antes. Hubo dos muertos y más de 40 heridos entre uniformados y civiles, dos de ellos de gravedad. Los piqueteros reclamaban planes subsidiados de empleo y un aumento en la hora laboral para los obreros de la construcción que trabajan en emprendimientos públicos. En principio, desde la Nación no se mencionó la posibilidad de iniciar un diálogo para terminar con la violencia. Es más, el secretario de Seguridad, Enrique Mathov, había deslindado ayer responsabilidades entre las autoridades centrales y locales. La Gendarmería, que prácticamente está sitiando Mosconi, volvió por la mañana a arrojar gases contra los manifestantes por temor a un nuevo corte de ruta. Varias personas respondieron lanzando piedras con hondas. Luego, cientos de pobladores caminaron en silencio por las calles de esa localidad para dar el último adiós a Carlos Santillán, de 27 años, y a José Oscar Barrios, de 17. Hubo una primera escala en la capilla cercana al cementerio. Luego, los habitantes de Mosconi se concentraron frente a las tumbas donde fueron depositados los ataúdes. Sumidos en el dolor, algunos familiares de los jóvenes muertos se desmayaron y debieron ser asistidos y sacados del lugar. Como si esta ceremonia hubiese liberado tensiones, o por el propio cansancio de los pobladores, luego decreció la tensión. De todos modos, los piqueteros resolvieron permanecer acampados a 150 metros de la ruta, en poder de la Gendarmería. Además, anoche hubo una marcha en la ciudad de Salta, que culminó sin incidentes. Mientras la CGT disidente, la CTA y el ex presidente Raúl Alfonsín expresaron su solidaridad con los pobladores salteños (con diferentes tonalidades), el vocero Juan Pablo Baylac cuestionó a la diputada nacional y correligionaria Elisa Carrió y al dirigente Carlos Perro Santillán (CCC), por justificar la violencia social. A su turno, el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, disparó: "El tema se le fue de las manos" al Ejecutivo nacional. Mientras, la provincia de Salta seguía rodeada por una tensa calma.
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