Gotemburgo, Suecia. - Los líderes de la Unión Europea (UE) concluyeron ayer una cumbre asediada por los disturbios callejeros con una señal clara y positiva a los 12 países candidatos a una futura integración de que ese proceso sigue adelante, al fijar la fecha de finales de 2002 como meta para el cierre de negociaciones y la de 2004 como el horizonte de las primeras adhesiones. La declaración atrajo elogios inmediatos por parte de las naciones candidatas. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y el primer ministro sueco y anfitrión de la cumbre, Goran Persson, afirmaron que "ya no hay líneas divisorias" entre los doce países candidatos con los que se negocia.
Los líderes de la UE dijeron que su objetivo es que los países con mayores posibilidades de integrarse participen "como miembros" en las elecciones del Parlamento Europeo en 2004, tras concluir sus negociaciones de ingreso hacia finales del año próximo. Esta fecha, que significa que varios países del centro de Europa y el Mediterráneo podrían unirse a la UE en el año 2004, agradó a los países candidatos. Pero al mismo tiempo, inició una tensa carrera contrarreloj para cumplir la meta. No obstante, los Quince recordaron a los aspirantes que su ingreso dependerá de ellos mismos, de los esfuerzos individuales que realicen para trasladar a su legislación el acervo comunitario y sanear sus economías.
Por otra parte, los comunitarios subrayaron también que el proceso de ratificación del Tratado de Niza, firmado por los líderes comunitarios en diciembre pasado, "continuará". En referencia a Irlanda, cuya población rechazó la ratificación del tratado en un referendo celebrado el 7 de junio, los Quince se comprometieron a "contribuir por todas las vías posibles a ayudar al gobierno irlandés a encontrar un camino hacia adelante". El Tratado de Niza, que sienta las bases institucionales para la ampliación, debe ser ratificado por todos los países miembros de la UE para entrar en vigor.
Reparos francogermanos
Francia y Alemania, que se habían resistido a fijar una fecha concreta para la ampliación, finalmente dieron su brazo a torcer, pero subrayaron que los candidatos deben acatar las reformas para poder ser clasificados por sus propios méritos. "La fecha 2004 es aceptable, porque es un objetivo. Queda por ver si es materializable o no", dijo el canciller alemán, Gerhard Schroeder. "Más importante que las fechas es que los candidatos cumplan los criterios de adhesión. No habrá rebajas políticas". Schroeder detalló que cedió para atender los deseos de la presidencia sueca. El primer ministro francés, Lionel Jospin, que se negaba a aceptar una fecha para el final de las negociaciones, consideró ayer que la señalada es "simbólica y no una fecha objetivo" que obligue a los socios de la UE. Para el presidente de Francia, Jacques Chirac, la decisión "es sabia para la UE y animosa para los candidatos".
En evidente alusión a Francia y, sobre todo, a Alemania, el presidente de Gobierno español José María Aznar agregó que ha quedado patente que hay países que "son más abiertos a la ampliación y otros tienen más reticencias. Unos hemos empujado más y otros han empujado menos". Agregó que lo que ocurre es que "unos se llevan el agua y otros se llevan la fama". En referencia a las acusaciones de "egoísmo" de las que fue objeto España en el pulso por el futuro de los fondos de ayuda comunitaria, y que llegaron a cernir una amenaza sobre el proceso de ampliación, Aznar afirmó que "nunca" se ha podido poner en duda el espíritu europeísta de su gobierno.
En tanto, los suecos reaccionaron con mucho pesar por los disturbios en la ciudad de Gotemburgo, los peores que se recuerden en los últimos años en el país, mientras un manifestante que resultó herido el viernes por un policía se debatía entre la vida y la muerte en un hospital. El primer ministro sueco, Goran Persson, dijo que la violencia es una tragedia y añadió que "la situación en la ciudad es terrible. Es algo nunca antes visto en Suecia". "La violencia podría aumentar, pero no vamos a rendirnos. Es suficiente", dijo Persson en una rueda de prensa.
Vandalismo metódico
Por tercer día consecutivo, los manifestantes contra el capitalismo atacaron la próspera ciudad portuaria de Gotemburgo. Su protesta, que comenzó de forma pacífica en un ambiente carnavalesco, fue desviada de ruta para evitar pasar por el centro donde se celebra la reunión de UE, fuertemente vigilado, y por la calle central, que el viernes fue blanco de enormes destrozos a causa de la violencia. Anarquistas enmascarados procedentes de Dinamarca, Alemania y Francia se unieron a activistas suecos, en un vandalismo metódico que pareció superar a la policía sueca, que no usó gases lacrimógenos ni cañones lanza agua.
Persson afirmó que los ministros de Francia, Suecia y Bélgica propondrían medidas para prevenir que se repitan los disturbios, que vienen empañando las reuniones internacionales desde la conferencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1999. Aproximadamente 25.000 activistas contra la UE, EEUU y la globalización llegaron de diferentes partes del mundo para participar en las protestas.
Los aspirantes a ingresar al bloque europeo en su expansión hacia el Este incluye a una docena de países, en su mayoría ex comunistas, que actualmente están negociando diversos aspectos para concretar su integración. La UE está negociando la adhesión de Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, la República Checa, Hungría y Chipre. Turquía es candidato, pero no ha abierto el proceso de negociaciones. De los doce candidatos, Rumania y Bulgaria son los más rezagados, por lo que los líderes europeos se declararon dispuestos a "realizar esfuerzos especiales para ayudarlos".
Entre las conclusiones de la cumbre, los líderes comunitarios pidieron a israelíes y palestinos que aprovechen el actual alto al fuego para darse una oportunidad de paz. La UE instó asimismo a Israel que suspenda la construcción de asentamientos judíos.
La Ciudad
