Omar Bravo
Está preparando un escrito para defenderse ante la jueza María Servini de Cubría, que el jueves pasado la procesó por defraudación a la administración pública y le trabó un embargo sobre sus bienes por cuatro millones de pesos. "Todavía no sé si se lo enviaré a la jueza o a los medios", explica Claudia Bello, ex secretaria de la Función Pública durante el gobierno de Carlos Menem, quien contrató a fines del 1999 una campaña oficial para prevenir los efectos del Y2K (efecto 2000) en las computadoras y sistemas informáticos. Ante La Capital, Bello se defendió diciendo que contaba con el aval de la Sindicatura General de la Nación (Sigén) para contratar a la empresa Lautrec Publicidad, encargada de distribuir los folletos con las instrucciones. "Es una causa armada en mi contra", repite. Para la ex dirigente de la JP, Servini "es una jueza prudente, pero juega a la política, al poder". También se refiere al arresto de Menem y caracteriza sin piedad al juez Jorge Urso, ("es un juez de la servilleta de turno") al fiscal Carlos Stornelli, al abogado Ricardo Monner Sans. -¿Cómo vive las horas posteriores a su procesamiento? -Naturalmente, con fastidio, pero con la convicción de que se me acusa de algo que no existe. Cuando yo recibo la plata para el programa, elaboro el trámite y mando a pedir precio testigo a la Sigén. Después de un tiempo, la síndico de esa época (octubre del 99) me envía un dictamen firmado donde me dice que no puede darme precio testigo por las características de los elementos que se necesitaban. Con ese dictamen yo avanzo, porque estaba facultada a hacerlo. Cuando me fui del gobierno me enteré un día por Página 12 que en la Sigén había un precio testigo. Pero resulta que el mismo funcionario que la realizó declara que a mí nunca me lo envió. -La prensa alude a una sospechosa diferencia de dos millones de pesos. -Y eso es. Este funcionario hizo un precio testigo por cinco millones de pesos, y yo había contratado por siete. Primero, el dictamen ya estaba cerrado, no se podía incorporar un segundo. Y si hubiera querido incorporar un segundo dictamen, tendría que haberme dicho: "Pare señora, no contrate". No se puede acusar a alguien de un delito patrimonial sin una pericia contable. -¿Entonces, por qué cree que la jueza Servini decidió procesarla? -Dos cosas. Servini es una jueza prudente, pero juega a la política. Y, además, está saldando una deuda conmigo. Ella fue la que falló a favor de (Carlos) Corach cuando yo presenté la causa por fraude electoral en los comicios del PJ de la Capital Federal en 1999. -Esta semana visitó al ex presidente Menem. ¿Cuál es su reflexión? -Para mí la responsabilidad la tiene De la Rúa, quien está cumpliendo con su consigna electoral de meter preso al menemismo. De la Rúa y (Carlos) Alvarez hicieron una fuerte acción en ese sentido durante la campaña, y ante el fracaso del gobierno y las elecciones legislativas que se avecinan, él está haciendo gestos suficientes al Poder Judicial como para que se encuentre la vuelta jurídica para obtener este resultado. Urso es un juez de la servilleta de turno. Y la servilleta de turno es De la Rúa. Y el fiscal Stornelli es un operador de las Fuerzas Armadas, vinculado con la interna militar. ¿Te alcanza con esto? -Muchos afirman que el arresto de Menem supone el fin de la impunidad. -Es el corolario de lo que hicieron hasta ahora: hacer campaña. Han utilizado a la Justicia en un caso típico del menemismo, de los cuales han buscado en todo el Estado desde que llegaron al gobierno. Encontraron este, que ya venía de antes, que se inicia con la apertura del secreto de la venta de armas, donde queda claro que no sólo Menem vendió armas, también aparecen 14 decretos de (Raúl) Alfonsín vendiendo armas a Irán. -¿Se olvida que Urso llegó a la Justicia federal de la mano de Miguel Angel Toma? -Tal cual. Fue el abogado del divorcio de Miguel Angel Toma. Ha demostrado ser un hombre que responde al poder. La ausencia de Cavallo en la causa torna absolutamente sectaria la decisión judicial. La de Urso y los radicales es una Justicia selectiva. -Usted y Javier Mouriño han calificado al fiscal Stornelli como un hombre de la dictadura. -Es el marido de la hija del general (RE) Llamil Reston, ex ministro del Interior de la dictadura. Además es hijo de un coronel también vinculado a la etapa represiva que no está en actividad. También es un hombre que se saludó muy efusivamente con el general (RE) Luciano Benjamín Menéndez en el acto del Día del Ejército. Es un tipo del palo militar activo, de la pelea interna, no de la ideología de (Martín) Balza. Lo de Balza es, además, una vendetta. -Tiene una visión muy particular del denunciante original de la causa armas, el abogado Monner Sans. -Bueno, nadie sabe cómo se gana la vida. Sé que es de una cátedra en la Facultad de Derecho a la que no va nunca. Es un señor que viene del Partido Comunista, allá lejos,y hace tiempo. De la Unión Democrática en el 46 y aliado de (Jorge) Videla en 1976. Y ahora es el vocero de Stornelli, el hombre que tiene la información antes de que la tengan los medios.
| "Es una causa armada en mi contra", repite Bello. | | Ampliar Foto | | |
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