| | La joven asesinada en Villa Amelia había fugado de su casa en el Chaco Paula Ramírez escapó con un chofer en enero pasado. No hay indicios de que haya sido prostituta
| "No hay ningún indicio en el expediente que permita presumir que esta joven haya ejercido la prostitución". Así se refirió el juez de Instrucción número 13, Osvaldo Barbero, acerca de Paula Noemí Ramona Ramírez, la joven de 19 años que fue hallada asesinada el pasado 5 de junio en el camino de acceso a la localidad de Villa Amelia y que fuera reconocida por su padre el último jueves. La mañana de ayer el magistrado le tomó declaración a Ramón Ricardo Ramírez, el padre de la chica muerta. El hombre llegó desde Chaco para reconocer el cadáver de Paula después de que la policía de la comisaría 2ª de la ciudad de Roque Sáenz Peña, de donde era oriunda, constatara que era la misma persona sobre la cual pesaba una denuncia por averiguación de paradero desde enero último. Según el juez, la joven "habría abandonado la casa familiar en enero, llevando con ella un bolso de ropa, y desde entonces no mantuvo contacto con sus padres". Al respecto, fuentes de la investigación aseguraron que cuando Ramírez presentó la denuncia en Chaco manifestó que sabía de una relación amorosa de su hija con un camionero y la existencia de un hijo que ambos habían tenido. Entonces, la chica habría dicho que viajaba a la localidad de Charata, donde residiría el chofer y su familia. Sin embargo, acerca de este tema Barbero sostuvo que "el padre no arrojó datos precisos sobre los motivos de la desaparición de su hija de la vivienda" y manifestó que el hombre "no aportó identidades ni datos que permitan tener una pista sobre ese hombre". En otro orden, trascendió que cuando el padre de Paula reconoció el cadáver aseguró que la ropa que tenía puesta la chica era "la misma que vestía el día que se fue de su casa" y que los tatuajes que tenía en la espalda "eran nuevos" ya que al salir de Roque Sáenz Peña no los lucía. Paula fue hallada a la vera de la ruta de acceso a la localidad de Villa Amelia. Estaba tirada boca arriba en un badén existente entre la ruta y el cerco de un campo. Tenía un cordón de zapatilla atado al cuello y una nítida marca en la piel que delataba que había sido estrangulada con ese lazo. La autopsia confirmó el estrangulamiento y que había sido violada.
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