Año CXXXIV
 Nº 49.149
Rosario,
sábado  16 de
junio de 2001
Min 9º
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cartas
Doctrina inaceptable

El pasado sábado 2 de junio La Capital reprodujo las opiniones divergentes de dos abogados y profesores universitarios de Derecho Constitucional referentes a los cortes de calles y rutas por cuestiones sociales. Uno dice que son ilegítimos por violar otros derechos y el otro que son justificables por ser medios de defensa del derecho prioritario a la vida. Tamaña discrepancia entre dos letrados y por añadidura profesores de la misma materia de por si desprestigia a la abogacía y a la Universidad que integran ya que refuerza la convicción del lego de que siempre hay argumentos jurídicos y profesionales dispuestos a apoyar cualquier tesis o posición por peregrina que fuere. Pero hay posiciones y argumentaciones que exceden lo meramente opinable y son claramente inaceptables por ilógicas y contrariar manifiestamente el sentido común y el ordenamiento jurídico como en este caso. Cortar calles y rutas o usurpar espacios ajenos o públicos constituye un abuso de los derechos de peticionar y expresarse, son claramente actos de violencia y de prepotencia y sus responsables en defensa de sus intereses sectoriales avasallan los derechos de los demás, a circular o trabajar. En consecuencia son actos egoístas y antisociales que las autoridades en cumplimiento de sus obligaciones tienen el deber de prevenir y reprimir. Es muy grave intentar justificar actos ilegítimos porque implica objetivamente fomentarlos más allá de las intenciones de su defensor por lo cual sin olvidar el derecho de la libertad de expresión estaríamos ante una hipótesis de apología del delito. El tema se relaciona con los fines del Estado. O sea que es lo que los ciudadanos tenemos derecho a esperar, que es lo que razonablemente podemos conseguir del Estado es decir del gobierno que lo encarna. Esto sí es materia de un profundo debate que lleva siglos y que oscila entre el liberalismo extremo y el marxismo.
Raúl Ghione, abogado


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