Año CXXXIV
 Nº 49.149
Rosario,
sábado  16 de
junio de 2001
Min 9º
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Editorial
Dos indicios positivos

La dura situación económica que atraviesa el país viene erigiéndose desde hace tiempo en tema principal del análisis periodístico y también, por cierto, en el eje central de las preocupaciones de la gente. La recesión, esa silenciosa pero implacable tenaza que estrangula las expectativas de gran parte del pueblo, se ha convertido en un enemigo difícil de derrotar, y no son pocos los indicadores de consumo que permiten establecer una desagradable comparación entre el momento presente y el tristemente recordado año de la hiperinflación, 1989. Sin embargo, en los últimos tiempos se vienen produciendo ciertas tibias señales de que existe una luz al final del largo túnel. El correlato de esos indicios en la provincia de Santa Fe es la significativa recuperación de la recaudación impositiva registrada en el pasado mes de mayo, de un doce por ciento.
La mejoría, en este momento, merece -debe- ser tomada como una buena señal de cara al futuro inmediato. Sobre todo porque el crucial impuesto a los ingresos brutos, que demarca el nivel de actividad económica, se incrementó en más de un siete por ciento.
Pero la noticia que realmente despertó justificadas sonrisas en la gente es la que encabezó la portada de La Capital del día de ayer: nada menos que el anuncio de que la planta siderúrgica de Acindar, en la vecina ciudad de Villa Constitución, ha comenzado nuevamente a producir a pleno para exportar su producción a Brasil. En este caso, la razón del positivo viraje de la situación es el grave problema energético que afecta a la poderosa nación limítrofe. Y si bien el monto global de la operación -tres millones de dólares- no se presenta en primera instancia como significativo en función de la magnitud de los problemas que afectan a la economía real del país, el negocio puede presentarse como paradigmático dentro de una materia que la Argentina dista de haber aprobado con notas destacadas: se trata, simplemente, del aprovechamiento de las oportunidades. Que consiste, sencillamente, en estar preparado para el momento.
Y eso es lo que ha ocurrido. Lo describió con precisión una fuente de la compañía nacional: "Ellos podrían haber comprado en cualquier lugar, pero nuestros precios son competitivos y por esa razón cerraron trato con nosotros", dijo. En resumen: aquí, ante la efectiva presencia de las dificultades, no se optó por transferir todas las responsabilidades y comenzar con un largo rosario de quejas. Por el contrario, la opción tomada fue enfrentar el problema con una actitud creativa y posicionarse adecuadamente para cuando el instante llegara. Y el instante llegó. Llegó ahora. La receta, por supuesto, es trasladable a otros ámbitos.


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