Aunque la reinfección aftósica en su territorio fue posterior a la ocurrida en la Argentina, es prácticamente seguro que Uruguay logrará la reapertura del mercado europeo para sus exportaciones de carne vacuna, a mediados del próximo mes.
Aquí, mientras tanto, los analistas más serios coinciden en que este hecho no se producirá antes de fines de septiembre, y eso si todo marcha "muy" bien lo que implicaría, tras el negativo informe de los sanitaristas comunitarios, que durante julio, como muy tarde, se deberían cumplimentar los 14 puntos que exigen en su reporte, lo que implica entre otros items, la vacunación de todo el rodeo y las garantías de cumplimiento del respectivo contralor.
Para los empresarios del sector, lo concreto hasta ahora es que ya se perdieron 8.000 toneladas de cuota Hilton del ciclo 2000/2001 (800 toneladas de los consorcios de productores) que tenían como fecha tope para ingresar en territorio europeo hasta el 30 de junio (cuando cierra cada ejercicio anual) y se va retrasando el envío de aproximadamente 2.500 a 2.700 toneladas mensuales de las correspondientes al nuevo período comercial.
A su vez, en cuanto a la cuota Americana de 20 mil toneladas, y cuyo lapso corre de enero a diciembre de cada año, se estima que prácticamente se perderá casi completa, aún en el panorama más optimista, pues se calcula que los Estados Unidos (que a su vez arrastra a los mercados de Canadá) no abrirán su plaza para nuestros productos hasta un tiempo después que lo haga Europa.
Precios en picada
A partir de esta situación de las exportaciones, y considerando además otros agravantes para la industria frigorífica, como el atraso en las devoluciones del IVA que aún se mantiene y que, en total para todas las empresas exportadoras (de todos los rubros), estaría rondando los 8.000 millones de dólares, se estima que en un plazo bastante breve se puede producir una abrupta caída enlos precios de la hacienda gorda.
No son pocos los que recuerdan que cuando la Argentina estaba en el "circuito aftósico" los precios rondaban los 0,50 a 0,60 peso por kilo, y el esquema externo era aún menos grave que el actual.
Estas perspectivas son gravísimas para los productores, pues se suman a las pérdidas que ya vienen acumulando por la caída de la producción (en las zonas de focos) por restricciones en los movimientos de hacienda (en las áreas donde se impuso esta práctica) y por costos directos en la lucha (vacuna, vacunadores, etcétera), que también se están cobrando en varias zonas, a pesar de que se sostuvo que, en este caso, el costo del control estaría a cargo del Estado.
La mayoría de todas estas cuestiones Uruguay las superará con mucho más facilidad, básicamente porque el período de restricción será muchísimo más corto.
¿Y cuál es la diferencia entre ambos países para que el tiempo de reconocimiento sea tan distinto entre uno y otro?
Para técnicos y empresarios conocedores del mercado internacional, la principal diferencia radica enla seriedad -real y aparente- con que el país vecino encara estas cuestiones.
Para citar algunos ejemplos se señala, por caso, que mientras Uruguay- país significativamente más chico y con menos hacienda que Argentina- reconoció oficialmente 1.500 focos, Argentina va apenas por los 1.000.
Se dice también, por otra parte, que Uruguay impuso la inmovilización total de la hacienda, incluyendo concentraciones, remates, etcétera, (algo que también hicieron los ingleses en este último rebrote aftósico en Gran Bretaña), junto con una serie de medidas de profilaxis y de desinfección.
Aquí todavía no se miran los resultados de los países que adoptaron esquemas drásticos. Uruguay, por caso.
Todo -o casi- es opinable. De donde hay discusión es en que no se puede seguir en medio de las dos posiciones, porque eso implica perder a dos puntas.
La Ciudad
