María Laura Cicerchia
La edad de los dos hombres que en marzo pasado asaltaron el Banco Francés de Pellegrini al 1000 fue un factor que influyó en el éxito del atraco: como tenían entre 50 y 60 años lograron pasar desapercibidos ante los custodios y los empleados confundieron al más viejo con un jubilado. Pero los años y la experiencia se le volvieron en contra al asaltante cuando los policías que vieron la filmación del atraco lo reconocieron con nombre y apellido como un veterano ladrón de bancos. Así, con 58 años, Ernesto Roberto Pool terminó otra vez preso y procesado por el robo a mano armada. El veloz asalto a la sucursal del Francés ocurrió el 6 de marzo pasado a una hora pico. Pero estuvo exento de espectacularidad y los ladrones, pese a su experiencia, cometieron algunas torpezas. Eran dos hombres mayores que llegaron después de las 11 de la mañana, cuando no quedaban muchos clientes. No llamaron la atención de los dos policías que custodiaban el lugar. El más joven se quedó como campana junto a la puerta. El otro se ubicó en la cola de clientes y disimuló sus intenciones hasta que le tocó el turno al hombre que esperaba antes que él. Entonces sacó un revólver y le apuntó desde atrás. Se aproximó al cajero y le exigió al cliente que guardara todo el dinero en una cartera de cuero negra. El cajero tardó en reaccionar: "Vi que se adelantó este hombre, pero como pensé que se trataba de un jubilado no le di mayor importancia", reconoció después. En tanto, el cliente respondió al pedido con nerviosismo y guardó unos 9 mil pesos en el bolso del delincuente. "Cómo habrá sido el susto que a la boleta de depósito que yo había hecho también la pasé en la cartera", admitió en su declaración. Los vigiladores -un policía que cumplía servicios adicionales y un custodio de una empresa privada- advirtieron lo que ocurría, pero se limitaron a pulsar las alarmas porque el cómplice que aguardaba en la puerta les apuntó con su arma cuando se vio descubierto. Una vez concretado el robo, el ladrón que estaba junto a la caja se trasladó hacia la puerta con el cliente como rehén. Cuando todo parecía haber finalizado con éxito, cometieron una pequeña torpeza. Como no podían abrir la puerta vidriada, el cómplice empezó a golpearla con el arma, mientras exigía a los gritos que los dejaran salir. Todo se aclaró cuando un empleado les comunicó que la puerta se abría hacia adentro. Superado el incidente, escaparon en una moto por calle San Martín hacia el norte. El hecho quedó registrado por el sistema de video del Banco. Entonces, la casualidad y el prontuario le jugaron una mala pasada al mayor de ellos: dos policías que observaron el video recordaron que el hombre había estado detenido en el penal de la comisaría 2ª. Y señalaron "con un 90% de certeza" que se trataba de Pool. El hombre fue apresado en la ciudad de Santa Fe, donde también está acusado de asaltar un banco. Cuando lo apresaron se hallaba prófugo de la Unidad 1 de Coronda, cárcel en que cumplía una condena a seis años y seis meses por un hecho de robo calificado y resistencia a la autoridad. El 18 de marzo de 2000 le habían otorgado una salida transitoria pero no volvió nunca más. En los tribunales de Rosario, Pool participó de una rueda de reconocimiento judicial en la que varios empleados lo señalaron como el autor del hecho. Ahora fue procesado por el delito de robo agravado por la jueza de Instrucción Nº 12, Susana de Pigliacampo, y se encuentra nuevamente alojado en Coronda, a la espera del juicio definitivo.
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