El bloque de diputados de la Alianza y funcionarios del Ejecutivo nacional salieron ayer a desmentir que el gobierno haya implementado una persecución política contra el ex presidente Carlos Menem. La respuesta oficial al duro documento que emitió anteayer el consejo nacional justicialista tuvo su origen en varios frentes, pero fue desde el Parlamento donde el contraataque se hizo sentir con dureza. "El que intenta politizar la causa es el propio Partido Justicialista", sentenciaron los legisladores aliancistas a través de un comunicado. Mientras la relación entre el gobierno y la oposición se vuelve cada día más tensa, Menem parece tomar la prisión domiciliaria para profundizar sus gustos literarios y proseguir su actividad política. El ex presidente volvió a salir ayer, por segunda vez, al jardín de la quinta de Don Torcuato al cumplir su primera semana de arresto y decidió no concurrir al Cementerio Islámico de San Justo para visitar la tumba de su hijo Carlitos, pese a contar con el permiso correspondiente del juez Jorge Urso. Menem se dejó ver por la prensa en el terreno exterior de la quinta de Armando Gostanián cuando despidió al senador nacional y ex ministro del Interior, Carlos Corach, luego de la visita que le realizó. Además, Menem tuvo la compañía del padre Julio Grassi, el empresario Carlos Spadone, el sindicalista petrolero líder del Movimiento Obrero Peronista (MOP) Antonio Cassia, el ex ministro de Trabajo Jorge Triaca y la dirigente porteña Inés Pérez Suárez. Menem sorprendió ayer por el hecho de no aprovechar el permiso que le extendió el magistrado que dispuso su detención para poder trasladarse hasta el cementerio donde descansan los restos de su hijo. El ex jefe del Estado prefirió quedarse en la quinta, donde analizó con sus allegados las repercusiones sobre el respaldo que le brindó el partido y el documento en que asegura que él es "un preso político del gobierno radical". Desde el gobierno, salieron a negar categóricamente esa posibilidad el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, como también lo hicieron el titular de la UCR, Raúl Alfonsín, y el bloque de diputados de la Alianza. Los justicialistas prefirieron ayer guardar silencio tras la fuerte declaración emitida el miércoles. El único que hizo un ligero comentario sobre la situación de Menem fue el gobernador bonaerense Carlos Ruckauf, quien dijo que no piensa "pegarle a alguien que está en el suelo" y reiterar que la competencia con el ex presidente será el año próximo en la interna del PJ por la candidatura presidencial. El ex presidente Alfonsín, en su condición de titular del radicalismo, fue contundente al sostener que "no hay ningún tipo de intención, ni del gobierno, ni del partido, ni de la Alianza, de ninguna tendencia a la persecución", A su turno, el ministro Jaunarena calificó de "extemporánea e inexacta" la denuncia que lanzó el PJ y enfatizó que "nadie en la Argentina puede pensar seriamente que el ex presidente Menem sea un preso político". A todo esto, la bancada oficialista en la Cámara baja indicó en un comunicado que "no hay persecución política alguna" ya que "la justicia en nuestro país es independiente" y concluye que "quien intenta llevar el caso a la política es el propio Partido Justicialista". Desde la Iglesia, el conductor de la Fundación Felices los Niños, que asiste a chicos de la calle, el padre Julio Grassi, concurrió por la mañana a la quinta de Don Torcuato para saludar a Menem y dijo que el objetivo de su visita fue el de "acompañar espiritualmente" al ex presidente.
| Menem salió al jardín y se mostró junto a Corach. | | Ampliar Foto | | |
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