| | cartas La libertad de trabajo
| Todo el mundo sabe que la libertad es el don de decidirse y autoestimarse sin que haya nadie que lo obligue a cada uno a realizar lo que quiere siempre a favor de la ley. Esto viene a relación con el inconsulto último paro provocado o convocado por un ciudadano que se arroga el título de conductor de la CGT disidente. Este es un órgano que no tiene ningún valor legal, ya que llegado el caso, si la OIT (Organización Internacional del Trabajo) necesita información laboral se dirigirá a la CGT oficial. En nuestro país existen seudodirigentes que no son más que figurones con aspiraciones futuras de poder y es así que con el tiempo aparecen como diputados o concejales. Ya van dos paros de distinta procedencia donde el secretario de los mercantiles sale con un séquito de colaboradores a recorrer las calles y negocios con el fin de coartar un derecho constitucional: la libertad de trabajo. No conozco ningún triunfo de ese señor ya que lo que él pide sobre el cierre dominical no es el camino a seguir. La corrupción ha ido tan lejos que algunos dirigentes se aprovechan de la situación y en connivencia con algunos patrones privan al pueblo del transporte para transgredir la libertad de trabajo. Señores, siéntense a meditar y usen el derecho de huelga por razones bien definidas y no salgan a mentir a la ciudadanía. César A. Palomeque
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