Después de tantas idas y vueltas, la comisión disciplinaria de la Federación Italiana de Fútbol solicitó dos años de suspensión para el jugador uruguayo del Inter, Alvaro Recoba, por su presunta responsabilidad en el caso de los pasaportes falsos. Una sanción similar, con inhabilitación para ejercer como dirigentes, fue pedida para el director técnico deportivo Gabriel Oriali y el administrador delegado Rinaldo Ghelfi. La misma sanción fue requerida para Franco Baldini, un representante encargado de los pases al AS Roma. El fiscal Carlo Porceddu, asimismo, pidió para el Inter una multa de 3.000 millones de liras (casi 1,5 millón de dólares). La entidad interista fue la que más estuvo en el ojo de la tormenta con el escándalo de los pasaportes falsos, a punto tal que en febrero último circularon versiones acerca de que podría recibir una dura sanción que lo pondría a punto de descender a la serie B.
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