| | Sin distinción de sexo Prohíben a un hombre ir a los remates judiciales Es por un año. Le aplicaron la "probation" porque generó incidentes en una subasta y golpeó a un oferente
| Jorge Salum
El día que iban a rematar su casa, Eduardo Magan no pudo soportarlo: fue a la Asociación de Martilleros, intentó impedir el acto y terminó agrediendo a una de las personas que quisieron comprarla. Después, la subasta terminó en escándalo. Magan fue procesado y enviado a juicio, aunque ahora el mismo juez interrumpió el proceso siempre y cuando el imputado cumpla con una condición: por un año, no podrá asistir a ningún remate judicial que se realice en Rosario. Caso contrario lo juzgarán y hasta podría ir a prisión. Lo que hizo el juez es aplicar lo que se denomina probation, o sea el juicio se suspende con la condición de que el acusado cumpla una regla de conducta que le impone el magistrado. El magistrado también pudo haberlo obligado a hacer algo, por ejemplo labor comunitaria en algún hospital o una escuela, pero en este caso optó por impedirle asistir al lugar donde causó problemas: el escenario de los remates judiciales. Como afirma el juez Julio César García en su resolución, se trata de una medida que acorta el proceso judicial y al mismo tiempo evita la estigmatización del acusado, quien elude así la imposición de una pena de prisión aunque esta fuera en suspenso. El 18 de octubre de 2000 Magan -55 años, ex viajante, desocupado- intentó impedir el remate de la casa donde vive con su familia. La subasta había sido ordenada por un juez civil a pedido del Citibank por una deuda de 2.500 pesos. Desesperado, el hombre fue a la Asociación de Martilleros junto a su esposa y cuando comenzó el remate se puso a cantar el himno con militantes de la Asociación para la Vivienda Unica. Pronto la situación desbordó y el juez Ricardo Heitz ordenó el desalojo de la sala y la continuidad del acto. Finalmente, la vivienda de Magan fue rematada en favor del propio Citibank, que pagó 25.000 pesos. Mientras tanto, afuera la tensión aumentó. Al salir los oferentes, Magan golpeó a uno de ellos, que lo identificó porque lo conocía de otras épocas. Por eso la víctima fue hasta la comisaría más cercana y lo denunció. En febrero de este año, el juez García lo procesó por "perturbar la audiencia de un tribunal de Justicia" y por lesiones. Si iba a juicio y lo sentenciaban, se exponía a una condena de 15 días a 6 meses de prisión, aunque en suspenso. Pero Magan pidió la probation y la fiscal Graciela Argüelles no se opuso. Por eso, si cumple con la norma de conducta que le impusieron, en un año estará libre de culpa y cargo y su prontuario quedará limpio.
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