Los trabajadores de Aerolíneas Argentinas coparon ayer el aeropuerto internacional de Ezeiza y, a pesar de que llegaron a cruzar un avión Jumbo en la pista principal, no pudieron impedir que partiera un vuelo de la empresa Iberia con destino a Madrid, el objetivo anunciado de su manifestación, aunque sólo pudieron viajar 30 personas. En tanto, la española Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) anunció que suspendió su ruta a Madrid y el gobierno acortó a 72 horas la intimación para que vuelva a utilizar las rutas.
A pesar de las amenazas de los empleados de que no iban a dejar despegar a ningún vuelo desde Ezeiza, finalmente el vocero de la Fuerza Aérea, el vicecomodoro Jorge Reta, aseguró contradictoriamente anoche que el aeropuerto operaba "con normalidad, excepto en lo relativo al embarque de pasajeros".
Los trabajadores primero manifestaron en el hall de la aeroestación, luego bloquearon las puertas de embarque del primer piso -donde se enfrentaron con la Policía Aeronáutica y la Federal- y recurrieron finalmente a cruzar un avión en la pista principal.
Sin embargo, el vocero oficial dijo que el aeropuerto funcionaba con normalidad "en su faz operativa", en referencia a que los inconvenientes para embarcar se seguían produciendo en la terminal, pero se habilitó una pista alternativa.
Al cierre de esta edición, los trabajadores seguían con sus medidas de fuerza: en esta ocasión, rodearon los ómnibus en que una aerolínea intentaba embarcar pasajeros, mientras cantaban el Himno Nacional una vez más.
Esto provocó la presencia en la pista de un grupo de choque de la PAN, con efectivos armados con escudos, bastones, cascos y uniformes negros, quienes finalmente se retiraron, luego de que un oficial dialogó con los representantes de los empleados.
Después de que los policías se retiraron al interior de la estación, se pudo ver un enfrentamiento en el hall entre empleados que recibieron descargas de sprays paralizantes en los ojos y golpes, mientras se enfrentaban con efectivos de la PAN, a quienes les arrojaron todo tipo de objetos.
Los trabajadores, finalmente, decidieron realizar una asamblea para considerar las medidas a tomar.
El secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), Ariel Basteiro, confirmó finalmente que el avión de Iberia despegó pero "sin pasajeros, sin carga, sin poder operar normalmente".
"Cumplimos el objetivo", dijo el sindicalista, quien anunció que seguirán con las medidas de fuerza para impedir los despegues de aviones de la empresa española: "el compromiso de hierro está aquí en Ezeiza, para impedir la salida de los vuelos de Iberia", dijo.
Los empleados habían logrado cruzar después de las 21 un avión Boeing 747 Jumbo en una de las pistas pero, según indicó Reta, eso no evitó las partidas y llegadas porque "se usó otra pista" hasta que más de una hora después, se pudo retirar el obstáculo. El vuelo de la aerolínea española, previsto para las 21, despegó más de media hora tarde: llevaba sólo a unos treinta pasajeros en tránsito, ya que no pudieron abordar quienes debían hacerlo en Ezeiza.
Los trabajadores habían copado el aeropuerto desde la media tarde. Pero el momento de mayor tensión fue cuando efectivos de la PAN y de la Policía Federal desalojaron por la fuerza a los empleados que bloqueaban los accesos al sector de Embarque y de Migraciones.
Los efectivos empujaron con sus escudos e intentaron levantar a los manifestantes que estaban sentados de espaldas a ellos y cantaban el Himno Nacional: esto provocó forcejeos y gritos entre los dos bandos, hasta que algunos representantes sindicales consiguieron calmar a los trabajadores. Para ello, anunciaron a través de un megáfono que la PAN garantizó que los pasajeros del vuelo de Iberia no iban a embarcar.
Las protestas se volvieron mucho más intensas que en los últimos días cuando se supo que la Sepi había suspendido sus vuelos regulares a Madrid, a pesar de que el gobierno la intimó a retomar las frecuencias que ya había abandonado. Eso llevó a que ayer, desde fuentes gubernamentales se asegurara que la intimación para que retomen las rutas se reducía a 72 horas, aunque lo mismo se acusó a los sectores gremiales más duros -de los técnicos- de no querer acordar con la propuesta de los españoles para resolver el conflicto.
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La Ciudad
