Marcela Zanin
En 1972 el crítico uruguayo Angel Rama dictó un curso en la Universidad de Veracruz. El tema de esas cinco clases magistrales, inéditas hasta 1985, fue la producción novelística de Gabriel García Márquez; el recorte: "La hojarasca", "El coronel no tiene quien le escriba" y "Cien años de soledad"; la perspectiva: cómo un determinado proyecto cultural nacional y popular pudo cumplirse a partir de la apertura hacia narrativas extranjeras en desmedro de las formas canónicas del realismo decimonónico. Porque si un rasgo había definido a la narrativa colombiana de los cuarenta, éste había sido el costumbrismo de tema social, junto a la permanencia de una técnica del contar que aparecía coherente con los principios de esa tradición nacional. Angel Rama muestra, a lo largo de esas lecciones, cómo Gabriel García Márquez resuelve efectivamente el problema de la representación de la realidad en un derrotero en el que "Cien años de soledad" significa, precisamente, el punto de mayor eficacia. El mismo asunto es abordado por Eligio García Márquez, hermano menor del afamado escritor, en "Tras las claves de Melquíades, (una) Historia de Cien años de soledad". Pero no ya desde la crítica literaria sino a partir del periodismo de investigación que si bien, en muchas ocasiones, roza el homenaje o las consecuencias que el éxito de aquella novela pudo tener en la carrera, y en la vida, de este hermano menor, trata de responder a los interrogantes planteados por "uno de los fenómenos más vertiginosos de la literatura latinoamericana de todos los tiempos". Claves, seguimiento de pistas, hipótesis de trabajo son diseñadas, expuestas y ordenadas para mostrar y demostrar, para interpretar, la historia -secreta y al mismo tiempo evidente- de "Cien años de soledad". Así el planteo inicial de "El enigma argentino. Buenos Aires, junio 1967": ¿qué factores literarios, o extraliterarios, intervinieron en ese inesperado éxito de ventas?, ¿qué movió al lector corriente de Buenos Aires a acercarse y devorar con tal entusiasmo una novela de un autor cuya obra anterior les era casi desconocida? Descifrar esta especie de enigma es el objetivo del libro, tentar algunas hipótesis en torno a ese éxito inicial tan inmediato y rotundo, y a las implicancias que la misma alcanzó en el marco del llamado "boom" de la literatura latinoamericana. Se puede afirmar que el texto de Eligio García Márquez intenta un correcto y meticuloso abordaje de todos aquellos aspectos que deben tenerse en cuenta para interpretar tal fenómeno: en la reconstrucción de una larga y diversa trama, en la cual aquel éxito de ventas es sólo la punta del iceberg (para citar el método narrativo de Hemingway, que tanta incidencia tuvo en la escritura del narrador colombiano). Intrincada trama, también, que para ser debidamente desmontada exhibe tanto el funcionamiento de los distintos campos culturales con los que se implica como las relaciones individuales del escritor con otras literaturas y con la tradición escrituraria colombiana; pero, además, con el complejo derrotero creativo y vital del novelista (Aracataca, Barranquilla, Cartagena, Bogotá, París, México). Citemos a modo de ejemplos: el momento de su publicación en el circuito cultural argentino de los años 60 -sus espacios de consagración, la función de las editoriales, las políticas de traducción, el peso de una revista como Primera Plana-; o bien el momento de su escritura efectiva en el espacio cultural mexicano; o también el peso y la conformación del grupo colombiano de Barranquilla -al que perteneció Gabriel García Márquez- bajo la dominante influencia del catalán Ramón Vinyes. Enigma inicial, entonces, que para ser dilucidado necesita realizar un análisis equilibrado que pueda contener tanto los aspectos socioculturales como los individuales implicados en la obra del autor consagrado. En este sentido Eligio García Márquez tiende una de sus hipótesis más fuertes: "Cien años de soledad" es la base de un rompecabezas cuyas piezas el autor fue dando en sus libros precedentes. La novela es al mismo tiempo una culminación y un inicio, un punto de partida -el del diseño de una narrativa- y un sitio de confluencias de ensayos de diversas escrituras, de lecturas y de experiencias; en ella se encuentran, como el mismo Gabo lo indica, los indicios fundamentales: "Aquí están dadas casi todas las claves. Se conoce el origen y el fin de los personajes, y la historia completa, sin vacíos, de Macondo". De allí su importancia en la narrativa latinoamericana. No es un fenómeno casualmente exitoso, sino la llegada a un punto de maduración. "Así concluyó su etapa de cuentista de éxito precoz en la capital de la República, (...), y comenzó un período fértil en lecturas y experiencias personales que lo llevarían, luego de un largo proceso, a «Cien años de soledad»". Finalmente, es importante destacar un aspecto que revela la coherencia del modo en el cual el enigma intenta ser develado: el recurso del reportaje ficticio, el que consiste en citar la palabra de los otros (lo que otros han dicho, han escrito, o han contado) como si se estuviera efectuando, precisamente, una entrevista. Trabajar desde el modo del reportaje ficticio: un recurso que ofrece la frescura de la palabra viva a la vez que se sirve de la postura del testimonio para sustentar la veracidad de las claves encontradas, contar hechos corroborables con la técnica de la ficción (de la "faction"). Desde esta mira están montados los capítulos de estas "claves"; desde esta mira que nos deja leer, también, una intención no menos explícita: hacer del homenaje a la monumental -y exitosa- obra del hermano mayor una forma de la conjuración.
| La clave de la obra de Gabo es "Cien años de soledad". | | Ampliar Foto | | |
|
|