Así como Serrat una vez cantó "El sur también existe" evocando a Mario Benedetti en su alegato contra el país del Norte, hoy Cheché dibuja "El sur también es chiste", en alusión a los vaivenes de la política argentina. El artista, nacido en Santiago de Chile pero instalado desde los años 80 en Rosario, muestra en esta edición una mirada ácida y cruda de la realidad social. Para reír con los dientes apretados. Al hojear el libro de Cheché se siente la misma sensación que al disparar una carcajada cuando alguien cae al suelo por pisar una cáscara de banana. Primero surge la risa y después la preocupación por el accidente. Y en estas 86 páginas pasa algo parecido: el lector descubre que se está riendo de la imagen que le devuelve el espejo. Algo que, a decir verdad, muchas veces roza el espanto. Para ejemplo basta graficar la escena que está en la doble página central en la que aparece un ladrón apuntándole a una víctima y diciendo: "Perdonáme... es que no tengo un mango ni para morfar, me cortaron la luz, el teléfono y el gas ... me echaron del laburo y no consigo ni un Plan Trabaiar...estoy desesperado y sin esperanzas". Lo paradójico y graciosamente trágico será que su interlocutor, con cara de asustado y las manos en alto, le responderá exactamente con las mismas palabras. Cheché elige el humor gráfico como una excusa para decir lo que piensa, lápiz de por medio y sin pelos en la lengua. Es como el alter ego de su personalidad. Por eso los dibujos tienen peso propio, pero más lo tienen los textos en sí. Su fuerte pasa preferentemente por reflexiones de hombres tomando mate, funcionarios, banqueros, mujeres coquetas y Doñas Rosas que desgranan el derrotero de un sistema que los asfixia. Todos a su tiempo se sinceran con ocurrentes salidas sobre el gobierno, a través de expresiones explosivas que sacuden con sus esquirlas. El dibujante chileno también se toma su espacio para dar pincelazos de humor negro y absurdo, pero siempre con un anclaje en la malaria cotidiana. "Es el colmo de la crisis -dice un náufrago- estaba por tirar un mensaje en una botella y pasó un ciruja". Y el mensaje en la botella de ese personaje es todo un símbolo en "El sur también es chiste". Con la diferencia de que Cheché ya tiró la botella al mar, y tarde o temprano los mensajes llegan. Y si la intención era burlarse un poco de la pálida diaria, se logró el objetivo. Es una forma de reírse de aquellas cosas que no dan risa. Nada menos.
| El humor de Cheché, ahora en un libro compilatorio. | | Ampliar Foto | | |
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