Nueva Chicago, tras soportar más de medio partido en inferioridad numérica y con un lujoso gol del Topo Gómez, sobre el cierre del partido, superó anoche a Instituto por 3 a 2 y de esta manera consiguió el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino, después de 20 años. Los primeros minutos reeditaron una escena del partido de ida. Ariel Jesús aparecía por la raya izquierda para hacer estragos. Así, a los 2 minutos, dejó el tendal, corrió paralelo a la línea de fondo y tocó hacia atrás. Rechazó parcialmente Ariel Lencinas, Christian Gómez tocó suave hacia atrás y Héctor Sánchez, que llegaba por el borde del área, remató cruzado y puso en ventaja a Chicago. Instituto salió decidido a empatar. Mauro Amato inquietó desde fuera del área a César Velázquez, que voló para echar el balón al córner y enseguida, tras un centro sobre el área, la pelota bajó y dio en el brazo izquierdo extendido de Juan Herbella, por lo que el árbitro sancionó penal. Amato lo ejecutó débilmente y el arquero rechazó, pero Damián Felicia, que arremetía, clavó el empate. Poco después, Chicago volvió a adelantarse en el marcador. Jesús encontró más facilidades, desbordó por la izquierda y envió un centro llovido que Oscar Gómez conectó de cabeza a la red. Instituto siguió presionando, mientras Chicago se mostraba muchísimo más peligroso en cada escapada, porque eran enormes las ventajas en defensa cedidas por los locales. Velázquez, volvió a lucirse al sacar un remate violento de Walter Jiménez y después se salvó cuando Antuña, desde buena posición, cabeceó apenas desviado. Pero el mapa del partido dio un vuelco. Tras un rebote en el arquero, Amato esquivó a Velázquez, que lo derribó cometiéndole penal y haciéndose acreedor a la expulsión por la infracción como último recurso. Los técnicos de Chicago hicieron ingresar a Flavio Frangella al arco y mandaron a los vestuarios al imparable Jesús, en una doble pérdida muy sensible para sus aspiraciones. El tiro penal lo tomó Sebastián Brusco, que decretó el 2 a 2. En el arranque de la segunda etapa, Instituto, lanzado masivamente al ataque, estuvo a punto de convertir, cuando un desborde de Amato por la derecha terminó en un cabezazo de Antuña que rebotó en el horizontal. Chicago se fue haciendo más sólido y depositaba sus esperanzas en tirarle la pelota larga al Topo Gómez, que le puso la rúbrica al partido. Escapó por la izquierda y cuando salía el arquero la tocó suavemente por encima. Klimowicz manoteó, pero no pudo impedir que el balón ingresara y desatara la euforia de los verdinegros, que siguieron festejando durante varios minutos.
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