Alejandro Cachari
Sólo se trataba de ganar. Atlético del Rosario necesitaba imperiosamente derrotar a San Fernando para no complicar la clasificación para la segunda fase del torneo de la Urba y lo consiguió. El análisis sobre el rendimiento del equipo queda en un segundo plano porque las urgencias así lo demandaban. Plaza se impuso por 36 a 11 en un encuentro que fue mucho más complicado que lo que indica la chapa final. A tal punto fue así que el equipo visitante se retiró 11-10 arriba al final del primer tiempo. Un try del centro bonaerense Tenca a los 9' pareció hacer revivir los fantasmas de fracasos anteriores. La sensación se profundizó con dos penales de Mirani que llevaron el resultado 11 a 3 a los 22', aunque un try de Sofredini a los 33' acercó las cosas en el epílogo de la primera etapa. Sanfer había jugado mejor, pero también sugería que no podría aguantar el ritmo que le dio al juego y que el resultado dependería de lo que pudiera hacer el campeón de la Urba en la segunda mitad. El parcial de 26-0 en el complemento exime de mayores comentarios. Las diferencias de jerarquía quedaron claramente expresadas a partir de una merma física notoria de los visitantes y un mejoramiento integral del juego local. En la lucha por reencontrarse consigo mismo Plaza dejó expresamente presentadas sus necesidades ya a los 3' de juego cuando el capitán Orengo pidió palos para un penal apeteciblemente jugable; sobre todo ante un rival inferior, aunque con un pack que por entonces estaba entero físicamente. Para colmo de males, el envío de Semino ni siquiera llegó a la hache. Más allá de la floja ejecución del apertura, la actitud de Plaza hizo públicas las urgencias. Deberá recorrerse un largo camino hacia atrás para encontrar una decisión de ese tipo en el inicio de un partido de Atlético en el que además es el claro favorito para quedarse con el resultado final. Es decir, no es lo mismo pedir palos a los 3' frente a San Fernando que ante CASI, SIC o Hindú por nombrar a algunos de los poderosos. Disquisiciones y exigencias al margen, al fin y al cabo el equipo de Costante y Castagna cumplió con el objetivo mientras busca en su interior la recuperación de su rugby y a la enorme cantidad de jugadores lesionados que además profundizan los inconvenientes. Es que para los tiempos que corren por la zona del Pasaje Gould el triunfo no era importante, era lo único.
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