Ultima estación: Córdoba. Ultimo rival: Talleres. El Newell's de las alegrías y las tristezas, de los triunfos que levantaron ilusiones y de las derrotas que sepultaron las esperanzas entra en la etapa del desenlace. El que pasó de los insultos a los aplausos. El que hizo delirar a su gente en el Gigante de Arroyito y que una semana después volvió a defraudar contra Independiente. El Newell's versión Clausura 2001, irregular y con altibajos bien marcados, esta tarde a partir de las 15.30 y con arbitraje de Luis Bongianino, hace su escala final del torneo. Y ante un rival cuya realidad es bien distinta. Enfrente tendrá a un equipo sólido que festejará ante su gente el ingreso a las Copa Libertadores y Mercosur. Un premio al cual los muchachos de Ribolzi no pudieron acceder. Y así llega el equipo del Parque al estadio Olímpico de Córdoba. Con las ganas de cerrar rápidamente una mitad de año que sólo fue positiva para sus hinchas por haberse quedado con el clásico ante Central. Y con el deseo de despedirse con un triunfo ante un rival que a priori se presenta más que complicado, para sí después tomarse unos días de descanso y encarar con la mente limpia la pretemporada en Salta. Para hoy no habrá grandes cambios en el esquema rojinegro. Y mucho menos en cuanto a nombres. Ribolzi quiere encontrarle equilibrio a un equipo con demasiados desniveles y por eso apuesta a lo que viene realizando desde principio de campeonato. La famosa estrategia del 3-3-2-2 saldrá nuevamente a escena en un campo de fútbol de primera división. Y los que la ejecuten serán casi los mismos intérpretes que lo hicieron el pasado lunes ante Independiente. El único cambio será el de Germán Real por el lesionado Mauro Rosales. Será la última parada leprosa, pero no por eso la más accesible. Al contrario, el Talleres de Juan José López tiene todo listo para celebrar con su gente un ciclo demasiado exitoso para los tiempos que corren. Además, el regreso Daniel Albornós y Diego Garay es un aliciente más a un equipo que se acostumbró a estar más cerca de los festejos que de las caras largas. Y hasta ahí llega Newell's con la mente dividida en dos. Por un lado sabiendo que debe ganar para cerrar con éxito un ciclo que fue demasiado aburrido. Y por otro, pensando en lo que vendrá. En los 15 días de vacaciones, en la pretemporada en Salta y un torneo que los tenga como protagonistas. Aunque sea peleando un lugar en la Mercosur.
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