La estadounidense Jennifer Capriati se coronó ayer como la nueva reina del abierto de Roland Garros, que significó el segundo Grand Slam de su carrera, al derrotar a la belga Kim Clijsters en un agotador partido, que tuvo el tercer set más largo en la historia de las finales. Capriati, quien ganó su primer grand Slam en Australia el pasado enero, se impuso a la belga Kim Clijsters por 1/6, 6/4 y 12/10 en dos horas y 21 minutos de juego, de las cuales una hora y 19 minutos se consumieron exclusivamente en el tercer set, que se convirtió en un nuevo récord para la definición de un abierto galo. Capriati, quien poco después del triunfo se había lanzado hasta el palco donde se abrazó con su hermano Steven primero, y luego con su padre y entrenador Stefano, le dedicó la victoria a su compatriota y colega Corina Morariu, quien está muy grave a causa de una leucemia, para quien deseó que "se encuentre bien". La estadounidense Chris Evert, la última oriunda de ese país que ganó este torneo (1986) y la que protegió a Capriati en sus comienzos, fue la encargada de entregar la Copa Suzanne Lenglen a la nueva reina en compañía del plusmarquista mundial, campeón del mundo y olímpico de los 100 metros, Maurice Green. "Me siento francesa", señaló la nueva campeona, como una vez también expresó Steffi Graf tras alzar la copa, y luego agregó: "Fue como un sueño, recuerdo cuando llegué aquí por primera vez con 14 años y ahora me desperté con el triunfo". El triunfo de la niña de oro de Barcelona 92 fue seguido con emoción por sus padres, Stefano y Denise, separados hace años después de los problemas que Jennifer sufrió con las drogas y el alcohol, y que ayer se abrazaron emocionados. El inicio del partido no auguró nada bueno para Capriati ya que en el primer saque de la tarde cometió una doble falta pero aún así logró salvarlo y luego, ante una racha de errores, la americana cedió siete juegos consecutivos, del 1-0 a favor al 6/1 y 1-0 para la belga, quien el viernes cumplió 18 años. Clijsters, la primera belga que llegaba a una final, dominaba con absoluta autoridad, pero la estadounidense reaccionó a tiempo y con dos quiebres en el tercero y quinto juego logró quedarse con el segundo set y forzar el partido a una definición. Los momentos de mayor peligro para Capriati surgieron en el duodécimo juego del tercer set cuando Clijsters estuvo dos veces a sólo dos puntos de la victoria, pero la campeona logró salvar esas situaciones y el partido se fue a un interminable final, que terminó siendo para Capriati.
| |