Año CXXXIV
 Nº 49.138
Rosario,
martes  05 de
junio de 2001
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Operación comando de una banda contra el depósito de La Serenísima
En un golpe cronometrado se llevan más de $30 mil de una distribuidora
Seis hombres armados asaltaron la planta de Santa Fe y Paraná. Dos empleados sufrieron lesiones leves

Eduardo Caniglia

En escasos cinco minutos, y actuando en forma sincronizada, un grupo de seis hombres perpetraron un golpe comando en la planta distribuidora que una empresa láctea tiene en la zona oeste de la ciudad. Los ladrones, luego de inmovilizar a los empleados que se encontraban en ese momento en el galpón, se apoderaron de entre 30 y 38 mil pesos y escaparon en dos vehículos: un auto y una moto. Poco después el auto fue abandonado y hallado por la policía.
Voceros policiales indicaron que el atraco ocurrió ayer a la tarde en la planta distribuidora de la firma La Serenísima, situada en Santa Fe 4926. Cerca de las 16, un hombre que llevaba debajo de un brazo varios diarios traspuso el portón de ingreso de la playa de estacionamiento de camiones ubicada sobre la calle Paraná. El intruso actuó rápido: amenazó e inmovilizó a un vigilador que custodiaba el lugar con una pistola 9 milímetros que escondía bajo los periódicos.
Casi al mismo tiempo, detrás del asaltante, irrumpieron otros cinco hombres. Tres de ellos, con los rostros cubiertos con capuchas, ingresaron a bordo de un Ford K y otros dos en una moto Enduro de 200 cc. Los intrusos descendieron de los vehículos y en ese momento uno de ellos, que oficiaba como líder de la banda, les impartió a sus cómplices una orden precisa: "Tienen tres minutos y medio" (para cometer el atraco), gritó el ladrón mientras ponía en marcha un cronómetro.
Entonces, los ladrones no dudaron un instante: se dirigieron rápidamente al sector de oficinas mientras algunos operarios de la planta observaban atónitos la escena. Los maleantes caminaron los metros que los separaban de la administración y allí intimidaron con las armas de grueso calibre que portaban a los ocho empleados que estaban en el lugar. Para que no quedaran dudas acerca de sus intenciones le asestaron sendos culatazos en la cabeza al cajero y a otro trabajador, aunque los empleados sólo sufrieron lesiones leves.
Con la situación controlada los ladrones se apoderaron del dinero, unos 38 mil pesos que estaban guardados en una caja fuerte apoyada sobre un escritorio. En ese momento, el jefe de la banda les dio otra indicación precisa a sus cómplices: "Llegó la hora", dijo, y entonces los cinco ladrones abandonaron la planta rápidamente. No habían pasado más de cinco minutos desde su arribo cuando los maleantes atravesaban el portón de la playa de estacionamiento a bordo del Ford K y de la moto en los que habían llegado.
Diez minutos más tarde el llamado telefónico de un empleado de la empresa alertó a los efectivos de la comisaría 12ª, con jurisdicción en el lugar, y entonces se montó "rápidamente un operativo para localizar a los autores del atraco", según dijo el comisario Jorge Desideri, titular de esa seccional.

Un auto robado en Buenos Aires
En el marco de la redada policial, poco después de las 17 agentes del Comando Radioeléctrico encontraron el Ford K abandonado en la esquina de Nueva York y Suiza, a unas quince cuadras de la planta de La Serenísima.
En ese lugar, los investigadores presumen que los asaltantes abordaron otro vehículo para continuar su huida, aunque anoche ya tenían una certeza: el Ford Ka, dominio DCT 880, y de color gris, había sido robado la semana pasada en la localidad bonaerense de Lanús. Ese dato les hacía suponer a los pesquisas que la banda podría ser originaria de esa provincia y que así como llegaron para dar el golpe retornaron tras cometerlo.
Por otra parte, una fuente de la investigación presumía que el dinero robado estaba destinado al pago de sueldos de los empleados de la empresa y caracterizó a los asaltantes como "delincuentes avezados, que actuaron con mucha profesionalidad".
El comisario Desideri señaló que anoche la policía rosarina realizaba controles en los accesos de ingreso y egreso de la ciudad de Rosario, y en las cabinas de peaje, para tratar de localizar a los delincuentes.



Los ladrones entraron por un portón.
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