La Fundación Vida Silvestre anunció ayer la utilización de 60 mil hectáreas pertenecientes a la estancia Monte León, en la provincia de Santa Cruz, para la creación del primer parque nacional marino de la Argentina que abarcará unos 30 kilómetros de costas.
La propiedad, a cargo de la entidad desde el pasado 10 de mayo, será ofrecida en donación a Parques Nacionales una vez que el plan inicial de manejo del área protegida haya sido consensuado entre los miembros del comité de Administración del Plan, creado a tal efecto.
La estancia Monte León era propiedad, hasta 1999, de la familia Braun hasta que fue adquirida por los empresarios Douglas y Krist Tompkins, propietarios de la fundación The Patagonian Land Trust. Estos a su vez cedieron el dominio a la Fundación Vida Silvestre con la condición de que elaborara un plan de creación del primer parque costero ecológico marino de la Argentina.
La estancia Monte León está ubicada a 210 kilómetros al norte de la ciudad de Río Gallegos y 40 kilómetros al sur de Puerto Santa Cruz, y posee una particular fauna característica de la zona patagónica conformada por lobos marinos, cormoranes, guanacos, ñandúes y pingüinos.
El anuncio se realizó en la sede de esa organización, en la Capital Federal, y contó con la presencia del titular de Parques Nacionales, Marcelo López Alfonsín; el presidente de Vida Silvestre, Javier Corcuera, y el delegado del gobierno de Santa Cruz, Enrique Rosell.
El concepto de parque nacional marino significa que "la superficie de agua protegida tiene la misma dimensión que la de la tierra", manifestó Corcuera, y destacó que "estamos hablando de un lugar que tendrá un tamaño equivalente al parque nacional Iguazú".
Corcuera resaltó la importancia que este proyecto representa para la provincia de Santa Cruz "porque es el primero en el que interviene el Ejecutivo y Legislativo provincial". Las otras áreas protegidas federales de Santa Cruz -glaciar Perito Moreno y bosques petrificados-, surgieron antes de que se constituyera la provincia.
Monte León debe su nombre a un inmenso macizo rocoso con forma de felino situado al ingreso del camino que conduce a la costa, donde la roca erosionada por los fuertes vientos es avistada como un león echado con la cabeza erguida.
Valor paleontológico y arqueológico
En 1998, el sector había sido evaluado por expertos nacionales e internacionales como de "incomparable valor paleontológico y arqueológico". El área costera adquirida tiene sorprendentes grutas donde se han encontrado "picaderos de flechas" y restos de mejillones que revelan la presencia del primitivo poblador, el nómade tehuelche.
Una gruta de 40 metros de profundidad y 30 metros de ancho, con dos salidas al exterior, una isla con lobos marinos, pingüinos, gran diversidad de aves y la típica vegetación achaparrada de la Patagonia, conforman el ecosistema del futuro parque nacional.
Las costas del paraje santacruceño que se intercalan entre cañadones, acantilados y playas pedregosas de arena oscura y firme -que resultan aptas cuando baja la marea para los juegos playeros-, completan el paisaje de la reserva provincial. Otros de los atractivos lo conforma la pingüinera emplazada en el lugar, en la que centenares de ejemplares de la especie denominada pingüino magallánico hacen nido en las suaves pendientes playeras, entre las grutas y la isla denominada también Monte León.
Se suman a los pingüinos otras variedades de aves marinas y otras consideradas únicas como los cormoranes imperiales y de cuello negro, gaviotas cocineras y australes. Alrededor de la gruta habitan además colonias de lobos marinos de un pelo, cormoranes de cuello negro y gaviotines sudamericanos.
La pesca del pejerrey, la recolección de las típicas cholgas y mejillones, el avistaje del ñandú petiso así como el de guanacos y zorros, convocan actualmente a los pobladores del lugar, que en verano encuentran un lugar incomparable para disfrutar de la playa.