| | Granos: una pelea fiscal podría llegar a la Justicia
| La aplicación del impuesto que grava los débitos y créditos en cuentas corrientes del comercio de granos desató una sorda disputa en el mercado. La pelea podría desembocar en la Justicia si no llegan a buen puerto las gestiones que la Bolsa de Comercio, corredores locales y el gobierno provincial están llevando adelante ante el Ministerio de Economía. El origen del conflicto fue la resolución que dictó el 11 de mayo pasado el gobierno nacional, eximiendo del pago del impuesto a las cuentas corrientes a las operaciones que se realizan a través de los mercados a término. El beneficio, que es apoyado por todos los integrantes de la cadena de comercialización granaria, no alcanzó a las operaciones que realizan los corredores en el mercado físico de granos, que tributan una alícuota especial del 0,075% sobre los débitos y otro tanto sobre los créditos, en las transacciones que realizan por cuenta de terceros. Así, creció el temor de que, a partir de la distorsión creada por el nuevo régimen fiscal, se cree un "mercado físico de facto" en el sector de futuros, que termine por desplazar al tradicional Disponible. Más allá de los contratos directos y algunas otras modalidades de venta, la cosecha de granos se comercializa a través de dos mercados institucionales, que muchas veces son complementarios. El físico o disponible, en el cual los distintos operadores acuerdan precios y modalidades de entrega de la mercadería y el Término, que se orienta a "descubrir precios futuros" en base a los cuales los compradores pueden asegurarse un piso o un techo en el valor de los granos. A diferencia del físico, el mercado de futuros trabaja con contratos estandarizados que sólo en ocasiones involucran la entrega de mercadería. Según señaló Manuel Cabanellas, de la Sociedad Rural de Rosario, el mercado físico rosarino, el principal del país, movió en el 2000 cerca de 21 millones de toneladas. De su operatoria surge, por ejemplo, el precio de la soja que se toma como referencia (no obligatoria) en todo el país. En Buenos Aires, por el contrario, el mercado principal es el de operaciones a futuro. Recientemente, el Mercado a Término (MAT) porteño presentó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) una propuesta para modificar las condiciones de su operatoria y atraer negocios del mercado físico, favoreciendo la posición "entrega inmediata". Según sus propios cálculos, esta herramienta les permitiría aumentar el volumen de operaciones entre un 30 y 40%. En Rosario temen que ese mayor volumen de negocios en el Término porteño se concrete a expensas de menores operaciones en el Disponible local. "A través de una simple resolución de orden fiscal, se induce a una transferencia de negocios de un mercado a otro", se quejó Cristian Amuchástegui, titular de la corredora Roagro y ex presidente de la Bolsa de Comercio. El conflicto parece ser un nuevo capítulo de una vieja y pocas veces oficializada disputa entre Rosario y Buenos Aires por constituirse en el principal mercado de referencia para los precios agrícolas. En el caso del impuesto al cheque, la preocupación de los operadores locales llegó al Senado de la provincia, que aprobó una resolución del senador Omar Perotti, para instar al Ejecutivo santafesino a gestionar ante el Ejecutivo nacional una equiparación en el tratamiento de los dos mercados. En tanto, la Bolsa rosarina y el Centro de Corredores gestionaron una entrevista con el ministro de Economía, Domingo Cavallo. Por lo bajo, se quejan de que mientras la respuesta a su pedido de audiencia se demora, a poco de anunciarse el impuesto al cheque el jefe de Hacienda sí recibió a los directivos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Por aquel entonces uno de sus directivos era Raúl Cavallo, primo del ministro.
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