Philadelphia Sixers vio cumplido su sueño postergado por 18 años de jugar las finales de la NBA, que ahora disputarán frente a Los Angeles Lakers, después de superar a Milwaukee Bucks por 108 a 91 en una eliminatoria del título de la Conferencia Este, que ganaron por 4-3. El partido tuvo a varios jugadores clave para los Sixers, pero fue el escolta Allen Iverson quien acaparó el centro de atención al conseguir 44 puntos, con 17 conversiones de 33 tiros de campo. El pivote Dikembe Mutombo también fue un factor preponderante en la victoria, al terminar con 23 puntos, 19 rebotes y siete tapas. El partido se decidió en la segunda parte, cuando Iverson comenzó su exhibición y los árbitros cobraron varias faltas técnicas, incluida una al base Sam Cassell, y a lo que se sumó una lesión del escolta estelar de los Bucks, Ray Allen. Allen, que regresó en el período final, encontró a su equipo con una desventaja de más de 10 puntos, que nunca pudo reducir, y se limitaron a ver cómo los Sixers y sus seguidores comenzaban con la celebración. El escolta estelar de los Bucks finalizó con 26 puntos para ser el mayor anotador de los visitantes, mientras que el alero Glenn Robinson consiguió 24 tantos y el base Sam Cassell anotó 20, pero su equipo había perdido el tren de estar en las finales porque nunca tuvo factores sorpresa a su favor. Los jugadores de los Bucks se mostraron frustrados no tanto por la eliminación sino por la forma como se había dado, y entre ellos existía el convencimiento de que su equipo fue perjudicado por los árbitros. Mientras en Philadelphia todo era fiesta y armonía, una imagen que no se recordaba desde 1996, antes de que llegasen al equipo el entrenador Larry Brown y Allen Iverson. Brown participará en las finales de la NBA por primera vez en su carrera, después de 18 años dirigiendo varios equipos. La última vez que los Sixers jugaron las finales de la NBA fue en 1983, cuando barrieron a los mismos Lakers. Sin embargo, esta versión de los Sixers no se puede comparar con la de sus predecesores y tampoco con sus futuros oponentes, quienes son favoritos a retener el título. Esta será la cuarta vez que los dos equipos se enfrentarán en las finales, con los Lakers teniendo la ventaja después de haber ganado en 1980 y 1982, antes que Philadelphia se tomara una revancha en 1983. La nueva cita comenzará mañana con el primer partido en el Staples Center de Los Angeles, donde los Lakers llegarán descansados y, sobre todo, seguros de que revalidarán su título de la temporada anterior.
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