Las parejas que planifican tener un bebé mediante la inseminación in vitro podrán seleccionar, mediante una técnica desarrollada en Australia, el embrión cuya composición genética certifique que esté libre de cáncer.
Esto fue difundido ayer por científicos australianos y generó la inmediata reacción por parte de agrupaciones católicas, que consideran que inadmisible que se "mate a los embriones humanos porque un día puedan enfermar".
Respecto del nuevo procedimiento de análisis y descarte de embriones que se podría llevar adelante próximamente, el doctor David Cram, especialista en genética de la Universidad Monash de Melbourne, Australia, indicó que permitirá que las parejas que emplean fertilización in vitro cuenten con embriones libres de cáncer antes de implantarlos en el útero.
Las pruebas, que tendrán que ser aún aprobadas por autoridades de salud, filtrarán embriones de tal manera que sólo queden los que estén libres de cáncer mamario, de ovarios, intestinos, cerebro, huesos y tejido suave. De tal manera una familia podría cerciorarse que los genes del cáncer serán retirados de la línea de herencia, dijo Cram.
"Algunas parejas quisieran estar seguras de que sus niños no hereden esos cánceres que han estado en las familias por generaciones", advirtió el científico.
El procedimiento representa una extensión del diagnóstico genético previo a la implantación (PGD), donde una sola biopsia celular procedente de un embrión, tres días después de la fecundación, es probada en busca de eventuales anormalidades. El proceso se usa ya para detectar desórdenes en cromosomas, tales como el síndrome de Down y la fibrosis quística.
Los nuevos exámenes serían ofrecidos sólo a parejas que tienen un historial familiar de cáncer, adelantó Cram. El especialista afirmó que los embriones propensos al cáncer no serían desechados, sino congelados para su uso en caso de que los embriones libres de enfermedades no maduren.
Condena
Grupos religiosos condenaron el procedimiento como antiético y como un ejemplo de procreación selectiva. "Ustedes están matando a los embriones, seres humanos, sólo porque un día pueden enfermar", dijo el sacerdote católico y especialista en bioética John Fleming.
En tanto, la directora de la agrupación Right to Life (Derecho a la Vida) en Australia, Margaret Tighe, dijo que la práctica podría sentar un precedente preocupante si es implementada. "Todos queremos prevenir el cáncer, especialmente en los niños, pero erradicando la enfermedad, no a quienes la padecen -resaltó-. Lo que quieren hacer es inaceptable y representa una violación de derechos humanos".