Año CXXXIV
 Nº 49.136
Rosario,
domingo  03 de
junio de 2001
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Ultimátum de Israel a Arafat: si no detiene la violencia, habrá represalias
Organismos internacionales y de la ANP evacuan Gaza y Cisjordania por temor a un ataque en gran escala

Jerusalén. - El primer ministro israelí, Ariel Sharon, decidió mantener el alto al fuego y aplazó ayer la represalia por el atentado del viernes en Tel Aviv, en el que murieron 19 personas, y puso a prueba con un plazo de horas la disposición de Yasser Arafat a un "alto al fuego inmediato e incondicional". Al respecto, Arafat condenó en la ciudad cisjordana de Ramala el sangriento atentado y abogó por que palestinos e israelíes regresen a la mesa de negociaciones. Jefes de seguridad palestinos ordenaron a sus fuerzas implementar una tregua inmediata.
El ministro de Defensa, Benjamín (Fuad) Ben Eliezer, dijo que el gobierno "está obligado a velar por la seguridad de Israel y elegirá la fecha y la manera" de responder a ese atentado. En el ataque murieron 17 israelíes y un turista ruso, además del autor del atentado, y resultaron heridas unas 100 personas. El turista, de 20 años, murió ayer en un hospital de Tel Aviv debido a la gravedad de las heridas que sufrió, y cuatro de los heridos se encuentran en estado crítico.

Medidas de emergencia
El gabinete para Asuntos de Seguridad y del Exterior, reunido ayer en emergencia pese al descanso sabático, aprobó varias medidas que afectarán a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), a la que responsabiliza del atentado por "fomentar e instigar al terrorismo", y a unos tres millones de palestinos.
Durante el encuentro, decenas de manifestantes se congregaron ante el Ministerio de Defensa y exigieron a Sharon que se vengara del atentado. Asimismo, a gritos de "muerte a los árabes" y lanzando piedras, cientos de israelíes atacaron ayer una mezquita ubicada cerca del un club nocturno donde se perpetró el ataque suicida. "Se lo merecen. Miren lo que nos han hecho", dijo una mujer israelí en las afueras de la mezquita de Hassan Bek, un territorio local que delimita una frontera invisible de la bíblica Jaffa, con una gran comunidad musulmana, con Tel Aviv, la capital comercial de Israel.
Desde anoche, los pasos fronterizos que unen la franja de Gaza con Egipto en Rafah y a Cisjordania con Jordania en el puente Allenby quedarán cerrados por tiempo indefinido, y tendrán prohibido el acceso a Israel decenas de miles de obreros de esos territorios, sin otras fuentes de ingresos. Tampoco podrán circular libremente como hasta ahora por Israel los dirigentes de la ANP.
Personal de la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur) y de otros organismos internacionales en Gaza y Cisjordania, así como de los centros culturales del Reino Unido y de Francia, ya abandonó esos territorios por temor a una represalia militar israelí a raíz del atentado suicida en Tel Aviv, el más sangriento desde que comenzó la Intifada, en septiembre de 2000.
Según fuentes palestinas, los extranjeros comenzaron a abandonar Gaza y Cisjordania el miércoles, después que Israel solicitase a Acnur -que atiende más de veinticinco campos de refugiados- un mapa de sus instalaciones y de las residencias de sus empleados. También centenares de oficiales y agentes de los organismos de seguridad de la ANP, incluida la Fuerza 17 -los guardaespaldas de Arafat-, evacuaron sus instalaciones por temor a un inminente ataque de las fuerzas armadas israelíes.

Preparados para lo peor
Ante el temor a un inminente ataque israelí, los palestinos fueron llamados a abandonar los pisos superiores de los edificios altos, apagar la luz y el gas, almacenar víveres y agua y, sobre todo, no poner atención a los rumores y sólo escuchar a los medios oficiales de la Autoridad Nacional Palestina. Asimismo, la embajada norteamericana en Tel Aviv pidió a sus ciudadanos "evitar viajar a Gaza".
Un oficial superior de la seguridad palestina dijo que "Arafat es serio" en su disposición a imponer un alto al fuego entre sus tropas y la milicia Tanzim, el brazo armado de su movimiento, Al Fatah. La incógnita es si podrá confiscar sus armas y las de las organizaciones integristas Hamas y Jihad Islámica, sus principales opositoras, entre otros motivos por haber aceptado Arafat negociar la paz con Israel, proceso interrumpido desde enero pasado y que podría reanudarse si ambas partes respetaran el alto al fuego.
Precisamente, el Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) y la Jihad rechazaron la declaración de Arafat en favor de un alto al fuego "inmediato e incondicional" con Israel.



Ultranacionalistas israelíes atacaron una mesquita.
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