Año CXXXIV
 Nº 49.136
Rosario,
domingo  03 de
junio de 2001
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Francia: Castillo de cuentos
En Carcasone se recrea la Edad Media con todo su esplendor

María Lourdes Bertozzi

Carcasone es la capital comercial de la región vinícola del Aude, en Francia. A la vez es una ciudad fortificada que como por arte de magia ha permanecido inalterable desde la Edad Media. Al igual que el resto de las ciudades meridionales francesas, conoció un período de esplendor interrumpido por la cruzada contra los albigenses.
En la orilla izquierda del Aude se encuentra la parte baja de la ciudad, de urbanismo medieval y con bulevares que ocupan el lugar de las antiguas murallas.
Con una simple observación de la ciudad se puede adivinar cómo fueron las guerras medievales ya que posee todas las defensas posibles para hacer frente al enemigo: puentes levadizos y con rastrillos, torres de varios tipos protegidas en la parte superior con matacanes y en la zona inferior con desniveles; muros cortina con camino de ronda dotados de merlones, almenas y atalayas.
El poder disuasorio de todos estos elementos se multiplicaba gracias a la disposición interior que permitía la cobertura recíproca de los soldados.
Si seguimos caminando encontramos al Castillo Condal (Chateaux Comtal) adosado a la muralla galorromana. Está separado de La Cité por un gran foso y una barbacana. Observando la muralla interior se encuentran rasgos de traza visigóticas del siglo VI cuyas torres son fácilmente identificables: estrechas, redondeadas hacia el exterior y planas en el interior.
La muralla exterior fue construida por San Luis y terminada por Felipe el Atrevido. La mayoría de las torres están abiertas hacia el interior de modo que si el enemigo conseguía penetrar alguna se encontraba a merced del contraataque de los defensores.
En algunas zonas las torres completamente cerradas constituían reductos desde los que se podía rechazar a los soldados enemigos que entraban en la liza (espacio comprendido entre las dos murallas).
Las fases de construcción de la fortaleza se distinguen en el aparejo de los muros. Los cimientos galorromanos están formados por grandes bloques ajustados sin argamasa. Las construcciones visigóticas están realizadas con piedras cúbicas que alternan con hileras de ladrillo colocadas en espina de pez. En los edificios de los condes se emplearon sillares de piedras amarillentas ensamblados groseramente. Las murallas reales están constituidas por piedras rectangulares dispuestas en hileras regulares, las de San Luis y las de Felipe el Atrevido poseen salientes.
Desde las murallas del siglo XIII se pueden apreciar algunas anomalías y las torres del recinto exterior fueron los refuerzos colocados en los cimientos cuando se hicieron las excavaciones para establecer la liza.
El mejor hotel de la zona, el Domaine D'Auriac, se encuentra a sólo 5 minutos del centro histórico de la ciudad. Pertenece a la famosa cadena Relais & Chateaux y es atendido por Anne Marie Rigandis y su propietario, el señor Perres.
Con su parque de múltiples esencias reúne confort, una deliciosa cocina regional y magníficos vinos de sol y tierras rocallosas. La relajación es posible gracias a la piscina climatizada, el tenis y el golf de 18 hoyos.
Es un lugar ideal para tener en cuenta durante un recorrido por el sur de España. Ubicado estratégicamente, muy cerca de los Pirineos y a un paso de Marsella, Saint Tropez, Cannes y Niza, Carcasone es un lugar mágico, de cuentos, uno de esos que nunca se olvidan.



La urbe fortificada construida en la época medieval.
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